Pese a sus disputas, Estados Unidos y Rusia prorrogan el tratado de control de armas. La prórroga del tratado New START, anunciado el miércoles, será por cinco años; preserva el último acuerdo que limita el despliegue de los dos mayores arsenales nucleares estratégicos del mundo.
El pacto expiraba el viernes pero fue prorrogado hasta el 5 de febrero de 2026. La decisión se hizo a pesar de las disputas bilaterales por el encarcelamiento por parte de Rusia del crítico del Kremlin envenenado Alexei Navalny, el presunto hackeo cibernético a agencias gubernamentales estadounidenses y el trato de Moscú a la vecina Ucrania.
El tratado, que entró en vigor en 2011, limita a Estados Unidos y a Rusia a no desplegar más de 1.550 ojivas nucleares estratégicas cada uno e impone restricciones a los misiles terrestres y submarinos y a los bombarderos para lanzarlas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que asumió el cargo el 20 de enero, actuó con rapidez para ampliar el tratado. Su predecesor, Donald Trump, intentó en vano vincularlo a conversaciones a tres bandas con China sobre su arsenal, mucho más pequeño. Los críticos consideraron los esfuerzos de Trump como una táctica para acabar con el tratado.
Tanto Washington como Moscú calificaron la extensión como una victoria, diciendo que proporcionaría estabilidad y transparencia en cuestiones nucleares, al tiempo que reconocían algunos de sus desacuerdos.
«Aunque trabajemos con Rusia para promover los intereses de Estados Unidos, también trabajaremos para que Rusia rinda cuentas por sus acciones adversas y por sus abusos a los derechos humanos«, dijo el secretario de Estado Antony Blinken en un comunicado.
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