Este domingo Venezuela tendrá sus elecciones presidenciales, en medio de un contexto cargado de polémicas y violencia. Millones de venezolanos concurrirán a las urnas, en un proceso que podría marcar un cambio tanto a nivel nacional como regional.
Elisa Trotta Gamus, secretaria general del Foro Argentino por la Defensa de la Democracia (FADD) y quien fue nombrada embajadora de Venezuela en Argentina por el presidente interino Juan Guaidó, dialogó con Newsweek Argentina sobre lo que representan estas elecciones, qué implicancias podría tener y las expectativas.
¿Qué importancia tienen para Venezuela y para la región estas elecciones?
Es una pregunta compleja. Yo te diría que estamos ante la posibilidad de refundar a Venezuela, de refundar a una nación en libertad después de 25 años de dictadura, de un régimen totalitario que comete crímenes en lesa humanidad, que ha dejado una crisis la crisis de refugiados y de migrantes más grande del mundo de 8.8 millones de personas, y de una emergencia humanitaria compleja.
Pero entre otras cosas, eso habla de la posibilidad de poder generar nuevamente un país que produzca, que no tenga una de las inflaciones más grandes del mundo. En donde los jubilados, los pensionados, los profesores universitarios no ganen US$ 30. Donde la gente pueda realmente trabajar de su oficio, de lo que haya estudiado. Y de un país que se pueda reencontrar.
Cuando te hablo de que 8.8 millones de personas han dejado el país estamos hablando del 25% de la población. O sea, todas las familias venezolanas tienen algún miembro que ha tenido que irse en las condiciones más terribles que te puedas imaginar: caminando, cruzando selvas, enfrentándose a la trata de personas. Han tenido que dejar el país buscando un futuro mejor.
Y para la región, principalmente es poder darle más seguridad. No solo Venezuela es una de las tres dictaduras junto con Nicaragua y con Cuba; es además la puerta de entrada del terrorismo islámico a nuestra región. Es un régimen que tiene estrechos vínculos con países como Irán, Rusia, incluso Corea del Norte. Ha puesto en riesgo a toda la región.
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¿Cómo llega Venezuela a estas elecciones? ¿Cuál es el contexto político y social?
Este es un proceso electoral. Hago esa diferencia entre un proceso electoral y unas elecciones porque es un proceso en dictadura bajo atropellos, bajo arbitrariedades, bajo amedrentamiento constante. Hoy en Venezuela hay más de 300 presos políticos que están siendo torturados en las cárceles y en los centros clandestinos de tortura. En los últimos meses han habido más de 150 detenciones arbitrarias a personas identificadas con la oposición, y casi el 90% de ellas en el marco de desapariciones forzadas.
Venezuela llega a este proceso electoral sin que se le haya permitido a la oposición venezolana inscribir a la candidata elegida para ello (María Corina Machado), que fue proscrita. Llega sin permitir que 5 millones de venezolanos en el exterior que son mayores de edad puedan votar, solo 69.000 estamos habilitados. Llega bajo un régimen de terror que pretende cooptar a la gente a través de prebendas que ya no le funcionan y sin darle la posibilidad al candidato de la oposición Edmundo González Urrutia tener acceso a los medios de comunicación venezolanos y al financiamiento común de las campañas. Ni siquiera a poder transitar libremente por el país, porque le cierran constantemente las autopistas.
Pero por sobre todas las cosas, te diría que llega con una decisión indetenible de cambio por parte del pueblo venezolano; con una conciencia muy importante por parte de la comunidad internacional, que creo que ya no hay duda de que estamos hablando de una dictadura que pone en riesgo a la región y atrevo decir que el mundo.
Mencionabas que hay 8.8 venezolanos en el mundo, pero hay muy pocos que están habilitados a votar. ¿Cómo es la situación de la diáspora? ¿Tienen intenciones de regresar a su país?
Sin duda alguna. La diáspora venezolana se construyó en poco tiempo. Hoy es la crisis de migrantes y refugiados más grande del mundo, más grande que la de Siria o Ucrania, que son países en guerra. Los venezolanos no estábamos acostumbrados a migrar.
Esta diáspora se construyó en base de dos cosas: una, la búsqueda de mejores oportunidades en los países que nos han recibido; y la segunda, y muy importante, en esperar el día en que podamos volver. Han pasado muchos años para muchos, hemos establecido nuestras familias, hemos establecido raíces en otros lugares. Pero eso no quita que tengamos la ilusión y la emoción de volver definitivamente para establecernos nuevamente en Venezuela. Por lo menos tener la posibilidad de volver a abrazar a nuestra familia. En mi caso personal, de llevar a mis hijos, que son argentinos, a que conozcan el país en el que nací y a mi familia.
Hubo un hecho recientemente que preocupó en Argentina con el periodista Jorge Pizarro, que fue retenido y deportado. ¿Cómo es la situación de la prensa en el país?
Lamentamos mucho y nos solidarizamos con el periodista Jorge Pizarro. Lamentablemente, esto no es una novedad para los venezolanos, es algo a lo que estamos acostumbrados. No es el primero ni el último periodista internacional al que le ocurrió eso. El régimen venezolano bajo ningún concepto quiere que se sepa la verdad de lo que pasa. Se están dando cuenta que no lo pueden evitar y comenten este tipo de arbitrariedades.
En Venezuela se han cerrado más de 408 medios de comunicación en los últimos 20 años. Solo desde que se inició la campaña, hace pocos días, han bloqueado a más de 10 medios digitales. No se puede acceder fácilmente a las noticias y por supuesto que los periodistas nacionales están constantemente amenazados.
Recientemente Nicolás Maduro tuvo enfrentamientos con Alberto Fernández, que iba a ser veedor, y Lula Da Silva, que Brasil no va a enviar veedores. ¿Esto afecta al proceso electoral?
Lo que le sucedió al expresidente Alberto Fernández es una muestra muy clara de las arbitrariedades de una dictadura que definitivamente no tiene los votos. Las encuestas hablan de una diferencia de 20, 30 y 40 puntos. Entonces, ante esta desesperación por parte del régimen, lo que están haciendo es apelar a lo único que les queda que es la fuerza, la intimidación.
En el caso concreto de Alberto Fernández, el año pasado siendo presidente dijo que en Venezuela habían disminuido las violaciones de Derechos Humanos. Lula Da Silva dijo hace algunos meses también que lo que ocurría en Venezuela era una narrativa construida por parte de la oposición, tratando de invalidar los informes y las denuncias. Hoy ellos están comprobando por sus propios ojos, en primera persona, que lo que sucede en Venezuela es una dictadura que se quiere atornillar, quiere permanecer en el poder, y que están dispuestos a cualquier cosa con las personas que no sean complacientes con ellos.
En este contexto que planteas, ¿crees que si pierde la elecciones Maduro va a reconocer fácilmente el resultado?
Esa es una buena pregunta. Creo que es evidentemente que no tienen ninguna intención de entregar el poder, pero creo que va a llegar un punto en que la decisión va a tener que ser tomada de alguna manera por las presiones internas y externas. Estamos ante un proceso electoral en donde se conjugan dos cosas fundamentales: la presión interna del pueblo venezolano dentro y fuera de Venezuela; y en paralelo la presión internacional. Así que creo que están dadas las condiciones para que estas dos presiones puedan lograr que Maduro ceda y reconozca la victoria por parte de las fuerzas democráticas.
Y en caso de que la oposición gane, ¿crees que va a poder gobernar e implementar sus medidas teniendo al chavismo con mucho poder?
Va a ser un proceso complejo. Además tenemos seis meses hasta que constitucionalmente haya una rotación de poder. El chavismo lo previó poniendo la fecha el 28 de julio, con una distancia muy grande hasta enero del 2025 que es cuando tendría que hacer la rotación de poder.
Pero creo que la negociación y la presión interna y externa van a jugar un rol fundamental. No va a ser fácil, estamos hablando de un país que ha vivido durante 25 años bajo este régimen totalitario que ha destruido por completo la industria nacional, que ha destruido por completo la separación de poderes y las instituciones democráticas. Pero que no ha logrado doblegar la moral de los venezolanos.
Yo confío en que, a través de una reestructuración que va a necesitar mucha colaboración, vamos a lograrlo. Seguramente va a ser un esfuerzo titánico y de largo tiempo, no son cosas que se planifican y que se pueden hacer de un momento a otro. Pero tenemos gente en Venezuela que se ha estado preparando para este momento. No tengo duda que se va a lograr.
