Hace ya un mes, el Gobierno interino designado por Rusia para la región ocupada y anexada de Jersón había exhortado a la población civil a abandonar el área ante una inminente y contundente avanzada de las fuerzas ucranianas. Luego de varias idas y vueltas, se ratificó el llamado, pero no como una evacuación, sino como una recomendación de seguridad, prometiendo a quienes migren casa, trabajo y subsidios en territorio ruso.
Este viernes, luego de varias embestidas ucranianas repelidas, el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que la población civil de Jersón debe ser evacuada de la zona de conflicto. “Aquellos que viven en Jersón deben ser retirados de la zona de las acciones más peligrosas, porque la población civil no debería sufrir», aseguró en una reunión con partidarios del Kremlin, de acuerdo a la agencia RIA.
Un día antes, el jueves, el vicegobernador de Jersón (designado por Rusia), Kirill Stremousov, había publicado videos en los que advertía que pronto las tropas rusas podrían replegarse hasta el otro lado del río Dniéper. Este río, que cruza el país de norte a sur y atraviesa Kiev en el medio, marca un límite en la “operación militar especial”: en la margen oriental se encuentran apostadas las fuerzas rusas para proteger las áreas ocupadas (y es clave para la logística), y sobre la margen occidental está la avanzada.
Para Ucrania, empujar a las fuerzas rusas hasta el otro lado del río significaría una victoria importante, sostienen los especialistas, y por eso se convirtió en el objetivo de la contraofensiva, iniciada en octubre. «Lo más probable es que nuestras unidades, nuestros soldados, partan hacia la orilla izquierda (oriental)», admitió Stremousov, quien hace un mes lo había negado terminantemente.
Mientras que los altos mandos en Moscú no se han manifestado al respecto, desde Kiev temen que pueda tratarse de “una trampa”. Natalia Humeniuk, portavoz del mando militar del sur de Ucrania, aseveró: “Esto podría ser una manifestación de una provocación particular, con el fin de crear la impresión de que los asentamientos están abandonados, que es seguro entrar en ellos, mientras se preparan para las batallas callejeras”.
Para abonar la teoría de que Rusia se estaba marchando de Jersón, circularon por las redes sociales imágenes del principal edificio administrativo sin la bandera rusa. Pero en Kiev creen que pueda tratarse de “desinformación” generada por Moscú para simular una retirada.
Desde EEUU se mostraron optimistas respecto a la posibilidad de una recuperación de Jersón. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, aseguró que era posible, y un alto mando occidental le confió a Reuters: “En Jersón, es probable que la mayoría de los mandos se hayan retirado al otro lado del río, dejando a las soldados bastante desmoralizadas y, en algunos casos, sin dirigentes, para enfrentarse a los ucranianos en la otra orilla”.