En los últimos meses Francia registra una inflación anual del 15%, una tasa récord que impacta especialmente en los alimentos, a pesar de que los precios de las materias primas vienen bajando sostenidamente, luego de las subidas verificadas en los primeros meses de la guerra en Ucrania.
En ese marco, el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, culpa al sector de la industria alimentaria de estar generando ganancias extraordinarias a partir de aumentos injustificados, y por eso ha decidido endurecer su postura.
Francia registra una inflación anual del 15%, un verdadero récord que preocupa al Gobierno de Macron (REUTERS/Eric Gaillard)
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, advirtió este jueves que podría quitarles los beneficios fiscales que tienen si no aceptan negociar un programa de control de precios, similar al Precios Justos que se implementa en Argentina.
De hecho, vale recordar que la cadena francesa Carrefour implementó allí una campaña que imita a la de su filial argentina, y que aquí se llamó “Precios Corajudos”: una serie de precios congelados por una determinada cantidad de meses, para servir como referencia y mover el consumo de productos propios.
Le Maire fue contundente en sus declaraciones contra la industria de los alimentos, a la que intimó a reabrir negociaciones con los vendedores minoristas y a bajar los precios. «Si alguna vez la industria alimentaria no vuelve a las negociaciones, utilizaremos todas las medidas a nuestro alcance, incluidos los impuestos, para recuperar los beneficios obtenidos injustamente a costa de los consumidores«, dijo a la prensa.
“Prix courageux”: Carrefour lleva sus “Precios Corajudos” a Francia por la alta inflación
En marzo pasado, las alimentarias y los minoristas acordaron en aumento del 10% promedio para todo 2023, pero desde entonces los productos han ido encareciéndose cada vez más en las góndolas. Tras las inspecciones del Gobierno, los minoristas demostraron que los incrementos llegan a ellos por parte de la industria alimentaria, y que no pueden absorber esa diferencia para cumplir con lo pactado.
Los aumentos de las alimentarias enfurecieron a Macron, quien además enfrenta un gran descontento social por su decisión de elevar la edad jubilatoria de 62 a 64 años, eludiendo el debate parlamentario, lo que provocó grandes y violentas manifestaciones en las calles de París y las principales ciudades del país.
(Con información de Reuters)
