El izquierdista Gabriel Boric se convirtió en presidente electo de Chile al imponerse en elecciones de segunda vuelta ante el postulante derechista José Antonio Kast con más del 55 por ciento de los sufragios.
Con el 99,98 por ciento de las mesas escrutadas, Boric, de Convergencia Social, obtenía el 55,86 por ciento de los votos, mientras que Kast cosechaba el 44,14 por ciento, informaba el sitio de Emol poco antes de las 21;00, tres horas después de cerrados los comicios.
La victoria de Boric desató una serie de festejos en distintos puntos del país, con una importante participación de sectores juveniles. «Acabo de hablar con Gabriel Boric y lo he felicitado por su gran triunfo», publicó en su cuenta de Twitter Kast junto a una foto en la que se le ve en una conversación telefónica alrededor de las 19:00 cuando la tendencia era irreversible.
«Desde hoy es el Presidente electo de Chile y merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva. Chile siempre está primer», añadió el postulante del Frente Social Cristiano al reconocer la derrota.
Con 35 años, Boric, nacido en la austral ciudad de Punta Arenas, se convirtió en el presidente más joven de la historia de Chile, además del primero en ganar la segunda vuelta luego de salir segundo en la primera.
El postulante de la alianza que incluye al Partido Comunista se impuso en todas las regiones de Chile, con excepción de Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía.
Boric partía como favorito de acuerdo con los últimos sondeos, a pesar del segundo lugar al que fue relegado por una mínima ventaja en la primera vuelta, celebrada el 21 de noviembre pasado.
En los últimos días, tanto Boric como Katz habían moderado sus discursos con el fin de ganar el voto del centro, de las fuerzas que se habían repartido el poder en las últimas tres décadas.
El nuevo presidente surgió con fuerza de las revueltas de octubre de 2019 por lo que recogió demandas como la de un Estado más preponderante en un país con estructura liberal en lo económico.
Boric, durante su campaña, apostó, entre a otras propuestas, a terminar con el sistema privado de pensiones, mientras que Kast se mostró como un liberal que prometía menos Estado y mayor participación del sector privado en el sector público.