Haití es un país olvidado, sumido en la violencia, tomado por las pandillas que son las que tienen el verdadero control. La misión política de las Naciones Unidas (ONU) aseveró, mediante un informe, que más de 260 personas fueron asesinadas en dos localidades de Puerto Príncipe, la capital de esa nación. En ese contexto, puso el foco en la lentitud del Gobierno para dar respuestas a la población.
El primer ataque ocurrió en enero pasado en la ciudad de Kenscoff, en el sur del área metropolitana de Puerto Príncipe y el Ejército de Haití, la policía y una misión apoyada por la ONU y liderada por la policía keniana, tardaron cinco horas en responder al llamado de los ciudadanos.
«La secuencia de eventos en Kenscoff parece indicar que las fuerzas de seguridad en un principio no tomaron las medidas adecuadas para prevenir los primeros ataques, ni para garantizar el rápido despliegue de unidades policiales especializadas, a pesar de los informes de una amenaza inminente por parte de las pandilla», afirmó el reporte.
Por lo tanto, la entidad habló de «una falta de coordinación» entre las distintas fuerzas.
Hasta que la policía y el ejército llegó, alrededor de 31 personas perdieron la vida, otras 27 resultaron heridas y aproximadamente 70 viviendas fueron incendiadas.
Unas horas después, se produjo un segundo ataque. Esta vez en el área de Carrefour, en la parte occidental de la zona metropolitana. Allí 30 individuos murieron como consecuencia de los enfrentamientos entre las pandillas.
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En total, como mínimo se registraron 262 homicidios y 66 heridos entre el 27 de enero y el 27 de marzo en Kenscoff y ciertos lugares de Carrefour.
Un bebé de un mes fue tirado al fuego por hombres armados durante uno de los ataques.
También más de 3.000 personas que viven en esas comunidades perdieron su casa luego de que los pandilleros incendiaran más de 190 viviendas.
También violaron a por lo menos siete mujeres y menores, entre ellas una madre de 41 años que estaba amamantando a su hijo y fue violada en grupo.
LAS PANDILLAS: EL TERROR DE HAITÍ
«Los miembros de las pandillas mostraron una brutalidad extrema, buscando sembrar el miedo entre la población», aseguró el estudio
Y precisó: «Ejecutaron a hombres, mujeres y niños dentro de sus hogares y dispararon contra otros en las calles y senderos mientras intentaban huir de la violencia».
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