Por primera vez desde la Revolución de 1959, Cuba permitirá que los inversionistas extranjeros sean accionistas mayoritarios e incluso propietarios plenos de empresas mayoristas y minoristas que operen en la isla.
En el marco de una de las peores crisis económicas en décadas, la viceministra de Comercio cubana, Ana Teresita González, anunció este lunes que los extranjeros podrán adquirir empresas y locales en Cuba, o ingresar a través de acuerdos societarios, con participaciones mayoritarias.
De acuerdo a lo informado por Reuters, en una primera etapa, esta reforma permitirá que entidades de propiedad extranjera invertir en operaciones logísticas de almacenamiento y «back-end», que abastezcan a empresas estatales y privadas. La idea, señaló la funcionaria, es apoyar al sector minorista, que se ha vuelto prácticamente improductivo.
Sin embargo, la apertura de ese comercio minorista será parcial y permanecerá con restricciones. Pese a ello, se anticipó que sí se abrirán las puertas “selectivamente” a empresas de conformación público-privadas, siempre que contribuyan a los objetivos socialistas, es decir, que ayuden a bajar los precios en un contexto global inflacionario, según lo explicó la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez.
«Vamos a priorizar y ofrecer estas propuestas de negocios a compañías que se han mantenido en el país», aseguró la funcionaria. En efecto, esas compañías vienen reclamando desde hace décadas esta medida para poder ampliar sus inversiones, por el riesgo que implica para su capital y también por el temor a sanciones internacionales por parte de EEUU, que mantiene un fuerte bloqueo.
Esta no es la primera medida aperturista del Gobierno de Miguel Díaz-Canel. La crisis potenciada por los dos años de pandemia y la guerra en Ucrania han generado un fuerte descontento social, que motivó al Partido Comunista a acelerar los tiempos de las reformas. Como lo contó Newsweek Argentina hace algunas semanas, una de ellas es la construcción de un mercado de cambio, para lo cual el Estado ha comenzado a comprar dólares a privados al precio informal de la moneda.
Según Reuters, los empresarios y economistas consideran que se trata de medidas tardías e insuficientes. Por ejemplo, el economista cubano Omar Everleny, aseveró: “Es un paso en la dirección correcta, pero demasiado pequeño y demasiado tarde. Ambos anuncios estaban llenos de palabras como ‘excepciones, control, condiciones’, como si no entendieran la gravedad de la crisis”.
Como antecedente, en septiembre de 2021 el Gobierno había habilitado la creación de empresas privadas, pero de propiedad nacional. En el primer día de vigencia de la medida, se presentaron 100 empresas, casi todas ellas vinculadas a la producción alimenticia. Pero el crecimiento parece haber tocado su techo sin acceso a inversiones extranjeras, con créditos limitados y con poco dinero circulando en las manos de los consumidores.
En este sentido, las ministras adelantaron que también se autorizaría a un puñado de empresas privadas cubanas (bajo fuertes controles) la importación y exportación de materias primas, insumos y maquinaria, otro hecho histórico en las políticas económicas de la isla. Eso sí: deberán hacerlo con divisas propias, ya que justamente Cuba no cuenta con un mercado de cambio para proporcionar esos dólares.