Human Rights Watch se pronunció sobre la situación en Gaza y publicó un informe titulado: «El crimen de exterminio y actos de genocidio de Israel en Gaza», en el que apuntó contra el país gobernado por Benjamin Netanyahu por privar a quienes viven allí del acceso al agua.
«Las autoridades israelíes han impuesto deliberadamente condiciones de vida diseñadas para causar la destrucción de parte de la población en Gaza, privando intencionalmente a la población civil palestina de un acceso adecuado al agua, lo que con toda probabilidad ha causado miles de muertes», sostuvo la entidad.
Y dejó en claro que «de esta manera, las autoridades israelíes son responsables del crimen de lesa humanidad de exterminio y de actos de genocidio».
«Este patrón de conducta, junto con declaraciones de algunos funcionarios israelíes que sugieren la intención de destruir a la población palestina en Gaza, podría constituir un crimen de genocidio«, recalcó.
Sin dejar lugar a dudas, enfatizó: «Las autoridades israelíes han privado intencionalmente a la población civil palestina en Gaza de un acceso adecuado al agua desde octubre de 2023, lo que probablemente ha provocado miles de muertes y constituye el crimen de lesa humanidad de exterminio y actos de genocidio».
En el texto que elaboró «Human Rights Watch documenta cómo las autoridades israelíes han negado intencionalmente a la población de Gaza el acceso a agua potable para beber y las condiciones mínimas de saneamiento necesarias para la supervivencia humana básica«.
«Entre las acciones documentadas, las autoridades y fuerzas israelíes cortaron y posteriormente restringieron el suministro de agua por tuberías a Gaza; dejaron inutilizable gran parte de la infraestructura de agua y saneamiento de Gaza al cortar el suministro de electricidad y restringir el acceso al combustible».
Tambien «destruyeron deliberadamente infraestructuras de agua y saneamiento y materiales para su reparación; y bloquearon la entrada de suministros críticos relacionados con el agua».
«El agua es esencial para la vida humana, y sin embargo, durante más de un año, el gobierno israelí ha negado deliberadamente a los palestinos en Gaza el mínimo necesario para sobrevivir«, afirmó Tirana Hassan, directora ejecutiva de Human Rights Watch.
Y remarcó que «esto no es simple negligencia; es una política calculada de privación que ha causado miles de muertes por deshidratación y enfermedades, constituyendo el crimen de lesa humanidad de exterminio y un acto de genocidio».
La organización recordó que «inmediatamente después de los ataques perpetrados en el sur de Israel por grupos armados palestinos liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023, que Human Rights Watch ha calificado como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, las autoridades israelíes cortaron todo suministro de electricidad y combustible a la Franja de Gaza».
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«El 9 de octubre, el entonces ministro de Defensa Yoav Gallant anunció un ‘asedio completo’ a Gaza, declarando: ‘No habrá electricidad, ni comida, ni agua, ni combustible. Todo está cerrado'», subrayó.
El texto indicó que «basándose en entrevistas con profesionales de la salud y epidemiólogos, se estima que miles de personas han muerto como resultado de las acciones de las autoridades israelíes».
Y puntualizó: «Estas muertes se suman a las más de 44.000 personas que, según el Ministerio de Salud de Gaza, han muerto directamente debido a las hostilidades».
A su vez, «cientos de miles de personas también han contraído enfermedades y afecciones de salud que, con gran probabilidad, han sido causadas o agravadas por la falta de acceso a agua potable suficiente».
Por lo tanto, «los gobiernos y las organizaciones internacionales deben tomar todas las medidas necesarias para prevenir el genocidio en Gaza, incluyendo la suspensión de la asistencia militar, la revisión de acuerdos bilaterales y de relaciones diplomáticas, así como el apoyo a la Corte Penal Internacional y otras iniciativas de rendición de cuentas».