La reciente decisión de Joe Biden de otorgar un indulto a su hijo Hunter Biden antes de que reciba su primera sentencia, causó fuertes repercusiones incluso dentro de su propio partido. Aunque esta medida es legal, rompe con la tradición de conceder indultos a quienes ya han cumplido parte de su condena.
Ahora, la Casa Blanca está evaluando un paso inédito: un perdón preventivo y masivo para proteger a funcionarios, fiscales, policías del Capitolio e incluso opositores políticos de posibles represalias si Donald Trump regresa al poder.
Esta propuesta, que carece de precedentes en la historia de Estados Unidos, busca resguardar a figuras como Anthony Fauci, Jack Smith y Adam Schiff, quienes han sido blanco de amenazas por parte de Trump y su círculo.
La lista también incluiría a policías que defendieron el Capitolio el 6 de enero de 2021, así como a republicanos críticos de Trump, como Liz Cheney, conocida por su papel en las investigaciones del ataque al Capitolio. La iniciativa refleja el temor a que Trump utilice su poder político para vengarse de sus adversarios.
Cómo son los trenes voladores de China que viajarán a 1000 km/h
El debate generó profundas divisiones dentro del Gobierno. Si bien algunos consideran que esta medida es una forma de proteger a quienes actuaron en defensa de la democracia, otros advierten que podría sentar un precedente peligroso. Este tipo de indulto podría dar carta blanca a futuros gobiernos para actuar sin restricciones legales, debilitando la confianza en las instituciones democráticas.
Mientras el equipo legal y político de Biden analiza las implicaciones de esta decisión, las críticas crecen en ambos bandos. La Casa Blanca se encuentra en un dilema histórico: actuar para prevenir posibles represalias o evitar abrir la puerta a una práctica que podría debilitar el equilibrio democrático en el futuro.