Crece en el Reino Unido una campaña de un grupo de activistas indignados que exhortan a los británicos a no pagar las facturas de electricidad y de gas ante los constantes aumentos. Ya son más de 100.000 quienes se sumaron a la iniciativa que se pondrá en marcha a partir de octubre, en el inicio de la temporada fría.
Se trata del movimiento “Don’t Pay” (“No pagues”), que fue lanzado en junio, en el marcho de una fuerte inflación que sacude a toda Europa como consecuencia de la guerra en Ucrania, que genera un aumento de los precios de los commodities, problemas en la cadena de suministro y la amenaza de una crisis energética para este invierno.
Buscan que millones de británicos apoyen un boicot y dejen de pagar sus servicios, para lo cual muchos ya han suspendido sus débitos automáticos. Los activistas reclaman que las familias, los comercios, las pymes y las industrias locales reciben facturas cada vez más abultadas, mientras que las energéticas registran ganancias históricas. Por caso, BP, Shell y Centrica acusan ganancias extraordinarias por el aumento global de los precios de los combustibles.
«Millones de personas se verán obligadas a elegir entre calentarse y comer. Uno de cada tres hogares se verá obligado a vivir en la pobreza energética este invierno. Eso es más de 8 millones de hogares», afirman los manifestantes a través de su web.
Asimismo, la agencia Télam cita a Jake Cable, activista de «Don’t Pay», quien le dijo a la cadena de televisión Sky News: «Hemos conseguido en pocas semanas que 100.000 personas de todo el país se comprometan a no pagar a partir del 1° de octubre, porque no podemos seguir tolerando la agresiva escalada de precios que hemos visto por parte de las compañías energéticas en los últimos 12 años, y especialmente en los dos últimos«.
Según lo expresan, la indignación se basa en la injusticia de que el Gobierno les pida ahorrar y hacer un esfuerzo, mientras que las grande energéticas suben sus tarifas y siguen ganando dinero.
Aseguran que ya hay más de 100.000 británicos que no pagarán, y buscan que sean millones
Aunque todavía la iniciativa no alcanzó ese peso, la prensa británica compara este llamado al boicot con aquel que derivó en la caída de Margaret Thatcher. En los ‘80 y ‘90, la entonces primera ministra implementó un impuesto llamado “poll tax”, y 17 millones de británicos se negaron a pagarlo.
La inflación en el Reino Unido es actualmente del 10,1% interanual, la más alta en los últimos 40 años, pero con un mayor peso en alimentos (+12,7%) y la energía: para enero de 2023 se estima que la factura promedio en el país será de 500 libras esterlinas (US$ 589 dólares), el triple de lo que se pagó el invierno pasado. Eso podría elevar la inflación anual al 18%.
