«Informar desde la línea de fueego: la guerra a través de los ojos de los corresponsales», bajo este título Gabriel Michi corresponsal de la guerra en Ucrania e Israel para C5N y Teresa Bo, corresponsal para la cadena Al Jazeera, contaron en la segunda jornada del Congreso número 18 de Foepa, cómo cubren y viven los conflictos armados los periodistas.
Michi lo primero que planteó fue que «Ucrania fue mucho más complejo de cubrir por cuestiones culturales e ideomáticas pero también por cuestiones geográficas y sociales» y explicó que «había una enorme desconfianza con respecto a la posibilidad de que los periodistas fuesen espías rusos». «Entonces, veían en cada uno de nosotros un potencial espía ruso».
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En cambio, sobre Israel indicó que «es otra la cultura, bastante más occidental» y agregó: «Incluso por una cuestión de estrategia comunicacional cambio, al principio, los primeros días, Israel no mostraba mucho las imágenes de los ataques que ocurrieron el 7 de octubre por parte de Hamás», pero «cuando Israel empieza a responder con fiereza con los bombardeos en Gaza y empieza a haber una opinión pública internacional bastante crítica de lo que estaba pasando también en Gaza, cambian y empiezan a mostrar qué era lo que había hecho Hamás ese 7 de octubre».
Fue en ese momento, que «permitió que la prensa llegue a los kibuts e incluso el lugar donde fue la famosa fiesta que mataron a 300 personas», añadió y enfatizó: «El cambio, creo yo, tuvo que ver con la mirada internacional».
EL LADO HUMANO DE LA GUERRA
Acerca de la cobertura de los medios sobre las guerras, hizo hincapié en que en esto «Ucrania fue un caso bisagra» porque «antes la cobertura era más militar castrense donde se abordaba la cantidad de tanques, de bajas o el avance de una u otra tropa en el territorio. Pero ahora hay una especie de humanización: contar la tragedia humana que hay detrás de cada guerra, la cual atraviesa a los pueblos más allá de las decisiones de las autoridades».
Esa modificación, según el periodista, «ayuda a que la gente de lugares más lejanos lo vea como algo más cercano, más humano, que le genera su atención».
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Por su parte, Teresa Bo compartió que «una de las cosas que más me impactó cuando llegué a Israel, y yo ya había estado en Israel y en Gaza, me encontré con un país completamente conmocionado, no lo reconocí» y precisó: «La gente estaba horrorizada, asustada, se sentía vulnerable».
«La gente decía no queremos más guerra, hace 70 años que estamos en guerra, queremos algo diferente», marcó y sostuvo que «el desafío era cómo cubrir Gaza». «Estaba a dos kilómetros y no veía gente, eso fue lo que más me chocó» porque «vos veías la frontera y era humo, humo, humo, debido a los ataques muy intensos mientras que en cualquier otro lugar vos verías viendo gente escapándose: la gente no podía salir, estaba encerrada» y entonces «era un silencio con bombardeos».
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¿CÓMO SE BUSCA INFORMACIÓN EN UNA GUERRA?
Michi afirmó que «la información está totalmente contaminada, y también es utilizada como mecanismo de propaganda para un lado y para el otro» por lo que «tenés que tener mucho cuidado en qué vas a difundir porque podés ser víctima de una operación psicológica que están intentando instalar de algún sector».
Al ser consultado sobre el impacto que tiene la información en Argentina por la comunidad judio israelí, el corresponsal remarcó que «en Israel hay enter 90.000 y 100.000 argentinos, es casi el 1% de la población y por eso también esta guerra generó tanta atención en Argentina».
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Centrándose nuevamente en la búsqueda de información, detalló que «lo primero que hago es rastrear a las ONG internacionales que hay en el terreno que suelen ser fuentes mucho más confiables que los gobiernos» y sumó «a las organizaciones locales que trabajan mucho el diálogo entre palestinos e israelíes, entonces tienen una posición mucho más crítica del militarismo extremo de los dos lados».
Bo indicó que «a mí todos los días me llegaban comunicados de Hamás y del Ministerio de Defensa israelí que te llegan al teléfono y te dicen por ejemplo, vamos a ir a tal kibut a ver qué pasó» pero coincidió con Michi «en que las fuentes más confiables eran las organizaciones humanitarias».
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UNA «GRIETA» EN MEDIO DE UNA GUERRA
Michi aseveró que «lo que más nos preocupa a los periodistas es que en esta guerra se creó una grieta: si vos contás lo que hizo Hamás el 7 de octubre que fue una carnicería entonces sos sionista, pero si decís, ojo que Israel responde mató indiscriminadamente a miles de civiles que nada tienen que ver con los ataques de Hamás, sos propalestino, antiIsrael o antisemita».
«Los periodistas tenemos la misión de contar todo lo que pasa», resaltó y por lo tanto, consideró que «el mejor abordaje que podemos hacer es obviamente lo informático pero también lo humanitario, entender qué esto es una tragedia humanitaria más allá de lo bélico».
Bo recalcó que «me tocó hablar con víctimas de los dos lados cuyos testimonios me conmovieron mucho» y enfatizó: «Entiendo el sufrimiento, una víctima es una víctima».
