Este martes 7 de noviembre la guerra entre Israel y el grupo palestino Hamás cumple un mes, con 1,400 muertos del lado israelí y más de 10,300 decesos en la Franja de Gaza.
Mientras las exigencias internacionales del cese al fuego y tregua humanitaria no se hacen esperar, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, asegura que “no habrá cese el fuego ni combustible en Gaza sin liberación de rehenes”.
Israel incursiona en Gaza por vía terrestre mientras Hamás exhibe secuestrados como amenaza
En tanto, las tropas israelíes avanzaron hasta “el centro de Ciudad de Gaza”, anunció este mismo martes el ministro de Defensa, Yoav Gallant, un mes después del inicio de la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás en la Franja de Gaza. “Estamos en el centro de Ciudad de Gaza”, dijo Gallant en una rueda de prensa. “Gaza es la mayor base terrorista jamás construida”, agregó.
“Vamos a destruir a Hamás”, afirmó Gallant. La guerra entre Israel y Hamás se desencadenó el 7 de octubre, cuando Hamás lanzó el ataque más mortífero en la historia de Israel. Más de 1,400 personas murieron en ese ataque, según las autoridades, en su mayoría civiles, el mismo día del asalto. Entre los muertos hay más de 300 militares.
Por su parte, con improvisadas banderas blancas y a veces con las manos en alto, habitantes de Gaza huyeron este martes hacia el sur del territorio palestino entre cadáveres y tropas israelíes, siguiendo las órdenes del Estado hebreo. “Era aterrador”, dijo Ola al Ghul, que como miles de civiles más, huyó de los incesantes bombardeos israelíes que machacan el territorio desde hace un mes.
“Levantábamos las manos y seguíamos caminando. Éramos tantos, llevábamos banderas blancas”, describió a AFP. La guerra ha obligado a más de 1.5 millones de gazatíes a huir de sus casas, según la ONU. En el territorio, de 362 km2, viven 2,4 millones de personas.
ASEDIO A GAZA
Los militares israelíes aseguran que han rodeado la Ciudad de Gaza, pero que dejarán que los civiles huyan hacia el sur. Pero el recuento de las víctimas muestra que no hay ningún lugar seguro. Según el Ministerio de Salud del enclave, cerca de 3,600 personas murieron también en el sur y el centro de Gaza.
A un mes de la guerra, el jefe de la ONU, Antonio Guterres, reclamó un alto el fuego urgente en la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, convertida según él en “un cementerio de niños”. En una conversación telefónica, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abordó con Netanyahu la “posibilidad de pausas tácticas” para permitir a los civiles salir de las zonas de combates, asegurar la llegada de ayuda humanitaria y permitir una eventual liberación de rehenes, dijo la Casa Blanca. Empero, Netanyahu no cederá.
Los alrededores de la emblemática mezquita del campo de refugiados palestinos de Yenín, en Cisjordania ocupada, son el escenario de una escalada de violencia desde el estallido de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.
Las fuerzas israelíes multiplican sus operaciones y los militantes palestinos los combates en las calles entre carteles con los retratos de “mártires” que se superponen unos sobre otros. Ello es un recordatorio de las décadas de conflicto entre israelíes y palestinos.
“Cuando hay funerales en la mezquita, generalmente se dan sermones que hablan de amor, compasión y paz entre la gente”, dice el imam Ismail Jaradat, de 53 años. “A veces también hablamos de la muerte y de la importancia de aprender lecciones de ella”, continúa el líder religioso dentro de la mezquita donde el fin de semana pasado se ofreció un funeral por tres miembros del grupo islamista Yihad Islámica.
En un terreno frente a la mezquita, un joven de 18 años aguarda desafiante con un chaleco antibalas cerca del lugar donde, según los vecinos, un miliciano murió durante una operación israelí esta semana.
“Nuestra moral subió” con los ataques del 7 de octubre, dice con un dedo apoyado en el gatillo del rifle de asalto del que cuelga un colgante en honor a otro combatiente muerto.
“MI DESTINO ES IR AL PARAÍSO SI ME MATAN”
“El ritmo de la resistencia en Cisjordania ha aumentado”, agrega. Mientras el ejército israelí dijo que ha luchado contra “asaltantes armados” esta semana en Yenín y que ha matado a “varios”.
El campo de Yenín, establecido en 1953, presenta una de las mayores tasas de pobreza y desempleo de los 19 campos de refugiados en Cisjordania, según la ONU.
Dolor y esperanza: encienden 1.400 velas en Jerusalén como homenaje a las víctimas de Hamás
Unos jóvenes armados salen de la mezquita, observando nerviosamente un dron israelí que vuela en círculos en el claro cielo azul. “Creo en la justicia de nuestra causa y lucho por ella. Y mi destino es ir al paraíso si me matan”, dice uno de los jóvenes. “Si tengo hijos en el futuro, creo que ellos seguirán mi camino”, añade.
A la guerra entre Hamás e Israel no se le ve el final y tampoco el cese de las cifra de muertos del lado palestino. En tanto, las grandes potencias siguen aumentando el apoyo a Israel y millones de civiles salen a las calles de distintos países exigiendo a Israel un “alto al genocidio”.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español