Una década después de la catástrofe de Fukushima, y en el marco de una crisis energética global, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció que su país reactivará varias centrales nucleares y desarrollará reactores de última generación.
En efecto, la guerra en Ucrania puso en jaque la producción y la distribución de la energía, aumentando los precios, los cuales finalmente impactan en los productos de primera necesidad. Varios países de Europa y los EEUU registran datos récord de inflación. Y a esto se suman efectos del cambio climático, como las sequías europeas que retrasan la producción.
Sashida afirmó este miércoles que también se buscará extender la vida útil de los reactores existentes. Pero casi todas las centrales del país han estado inactivas en la última década, luego de que un terremoto y un tsunami provocaran un desastre nuclear en la central de Fukushima, en 2011.
En aquel momento, y a la luz de esa situación, los sectores más “verdes” del Gobierno entendieron que debía migrarse a algún tipo de energía renovable de menor impacto. Pero ahora el escenario ha cambiado, y algunos de esos sectores ven ahora a la energía nuclear como una alternativa sostenible y también viable para sostener la economía.
Por eso, el líder del Gobierno afirmó en diálogo con la prensa que dio instrucciones para que, antes de fin de año, se presenten medidas concretas, entre las que se encuentra la de “ganar la comprensión del público” acerca de la necesidad de transitar esa senda, en línea con los objetivos de “transformación verde” de Japón, la tercera economía mundial.
En esta discusión, el aspecto económico y social es clave. Los aumentos en los precios de los combustibles han afectado negativamente el ánimo de la población, y la perspectiva no es mejor de cara al próximo invierno. De hecho, el Gobierno ha exhortado a hacer un ahorro de energía, con efectos sobre la calidad de vida de los japoneses.
Según lo informa Reuters, para julio funcionaban siete reactores en Japón, y otros tres estaban fuera de servicio por tareas de mantenimiento. Otros tantos esperan su licencia, en el marco de estrictos controles impuestos tras el desastre de 2011.
«La invasión rusa de Ucrania ha transformado enormemente el panorama energético mundial. Por ello, Japón necesita tener en mente potenciales escenarios de crisis en el futuro», aseguró el primer ministro, y agregó: «En cuanto a las plantas nucleares, además de asegurar la operación de los 10 reactores que ya están en línea, el Gobierno encabezará un esfuerzo para hacer todo lo posible por reiniciar las demás».
Extender la vida útil de los reactores en funcionamiento implica un cambio en la política ambiental y energética de Japón, ya que actualmente ordena desmantelarlos cuando ya han cumplido 60 años en funcionamiento. Una de las estrategias en análisis es no contabilizar los años que estuvieron paralizados por mantenimiento, mientras se desarrollan nuevos reactores, más modernos, con una mayor vida útil.