El equipo económico del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, anunciado esta semana, envía señales positivas de que los demócratas aumentarán los gastos para combatir el desempleo y reconstruir la economía estadounidense dañada por el coronavirus.
Preocupado por la crisis, Biden pidió al Congreso que sancione un paquete de ayuda adicional para las personas que sufren el impacto de la pandemia, horas después de que un informe mostrara que en noviembre se crearon solo 245.000 empleos, cuando la expectativa oficial era de 440.000.
Sin embargo, el mayor interrogante es saber si los demócratas tendrán una mayoría de 50 legisladores en el Senado, después de que se realice la segunda vuelta en el estado de Georgia, el próximo 5 de enero, donde se elegirán dos senadores.
Hasta ahora, los republicanos lideran la votación 50 a 48. Un eventual empate para decidir la mayoría será definido a favor de los demócratas por la presidenta del Senado, la vicepresidenta Kamala Harris.
Biden presentó el miércoles su equipo económico liderado por Janet Yellen, expresidenta de la Reserva Federal, quien se convertirá en la primera secretaria del Tesoro si es confirmada por el Congreso.
El mandatario electo, entre otros objetivos, busca que la Casa Blanca regrese al multilateralismo y al acuerdo del cambio climático de París, del que se retiró Washington durante el Gobierno de Donald Trump.
Los elegidos por Biden, entre ellos Cecilia Rouse, nominada para conducir el Consejo de Asesores Económicos, trataran de reactivar la economía estadounidense recuperando los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia, que ya ha causado 279.000 muertos y más de 14 millones de infectados.
Rose habló de reconstruir una economía que «funcione para todo el mundo, brindando oportunidades laborales, y no dejando a nadie atrás».
Todos estos desafíos del mandatario electo chocarán con las distintas posturas de los republicanos, quienes en los últimos años no escatimaron gastos en el Gobierno de Trump, aunque actualmente han resucitado su postura de controlar el déficit federal, según opinan algunos analistas.
«El presidente estadonunidense siempre hereda una Ferrari; ahora, el coche va a funcionar como una Ferrari si vas por la autopista, pero si conducís por un camino empedrado se comportará como un Renault 4», dijo el analista financiero Sebastián Maril, director de Research for Traders, una publicación que analiza la marcha de los mercados.
Maril explicó que «cuando se vaya el coronarvirus Estados Unidos va a ser de vuelta una Ferrari, porque ahora está transitando por un empedrado; no importa si sos Biden, (George W.) Bush o (Barack) Obama».
Cuando se inició la pandemia en diciembre pasado, la tasa de desempleo era del 3,5%, la más baja desde 1969.
«Hasta marzo Estados Unidos era una locomotora, pero el desempleo subió al 14.7% en abril y descendió al 13.3% en mayo, y el PBI cayó un 20 % anualizado; sin embargo, la desocupación bajó en noviembre de 6,9 en octubre a un 6,7%, y el PBI está creciendo a un 33 % por ciento anualizado», señaló Maril.
El economista pronosticó que durante la Presidencia de Biden «los demócratas ampliarán el gasto, pues es una medida tradicional en ellos».
«Los republicanos se endeudan más porque bajan los impuestos, pero en cambio los demócratas contraen más deuda, porque siempre gastan más», agregó.
Maril opinó que Estados Unidos «ya recuperó dos tercios de todo lo que había perdido» durante la pandemia, y señaló que «la gente se quedó encerrada en sus casas, pero ahora está empezando a consumir».
El economista insistió en que «no es momento de alterar el rumbo económico, por eso los consejos que le dan a Biden son: ´Ok, cambiala, pero dejá que la economía vuelva a recuperar todo su esplendor, no modifiques ahora en pleno despegue´».
El 26 de diciembre, un total de 12 millones de personas van a agotar sus prestaciones por desempleo, así como finalizarán las protecciones contra los desalojos y el alivio para el pago de la deuda estudiantil.
El Congreso, sin embargo, permanece estancado en negociar un segundo estímulo económico para los estadounidenses más pobres.
Durante una entrevista telefónica realizada esta semana con Thomas L. Friedman, columnista de The New York Times, Biden dijo que «no hay ninguna razón para que 91 de las 500 mejores empresas estadounidenses deban pagar cero de tasa en impuestos».
A pesar del optimismo que reina en las filas demócratas, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señaló recientemente que las perspectivas de futuro siguen siendo «extraordinariamente inciertas» para la economía estadounidense.