Tan solo unas horas después que Estados Unidos cerrara su embajada en Kiev y advirtiera de bombardeos inminentes, Rusia comenzó un masivo ataque aéreo contra la capital ucraniana y las fuerzas locales lograron interceptar los misiles en la madrugada de este miércoles.
Pese a la intensidad del ataque, no se reportaron víctimas ni daños significativos en la infraestructura. Periodistas en el lugar confirmaron escuchar disparos antiaéreos, evidenciando la rápida respuesta frente a la amenaza.
Dicho ataque ocurre tras el estreno de los misiles ATACMS por parte de Ucrania contra territorio ruso, una acción autorizada recientemente por la administración Biden. Este cambio en el apoyo militar estadounidense, que permite el uso de armas más potentes, marcó el día 1.000 del conflicto y ha generado una escalada en las tensiones.
Andriy Kovalenko, representante del Consejo de Seguridad Nacional ucraniano, afirmó que Rusia llevaba meses acumulando misiles como parte de una estrategia planificada de ataques. Según el funcionario, se han almacenado proyectiles Kh-101, Kalibr y misiles balísticos, además de posicionar fuerzas aéreas y navales para futuras ofensivas.
El ataque también coincide con un momento delicado en la política rusa. Un día antes, Vladimir Putin actualizó la doctrina nuclear del país, ampliando las condiciones bajo las cuales podrían usarse armas nucleares, incluidas respuestas a amenazas convencionales. Esta decisión fue interpretada como un mensaje hacia Occidente, en particular hacia Estados Unidos y la OTAN, para que reconsideren su implicación en el conflicto.
El Kremlin, a través de Dmitry Peskov, acusó a Washington de extender deliberadamente la guerra, en medio de informes sobre la entrega de minas antipersona a Ucrania. Esta acción genera controversia, ya que Kiev es signatario del Tratado de Ottawa, que prohíbe este tipo de armamento.
Ahora Putin está legalmente habilitado a responder a la OTAN con armas nucleares
La intensificación de los ataques rusos se suma a un reciente bombardeo masivo contra la infraestructura eléctrica ucraniana. El domingo pasado, Rusia utilizó más de 120 misiles y 90 drones, una táctica que parece buscar debilitar los servicios básicos de Ucrania ante la llegada del invierno.
Las embajadas de países como España y Estados Unidos suspendieron actividades ante la escalada de amenazas.
