Alex Sherman habló con los enviados de C5N sobre su angustiosa espera por noticias sobre su hijo Ron, sobrino de León Gieco, que fue secuestrado por terroristas cuando estaba en una base haciendo el Servicio Militar Obligatorio.
Por Gabriel Michi
La guerra tiene múltiples imágenes. Destrucción, muertes, heridas. Todo es dolor. Como lo es también la ausencia. La falta de certezas. La desaparición. Eso es lo que están viviendo centenares de familias en Israel cuyos parientes fueron secuestrados por Hamás en la irrupción por tierra y aire del pasado 7 de octubre. Y entre los que hoy figuran como «desaparecidos» está Ron Sherman.
Él es un joven israelí-argentino de apenas 18 años que al momento del secuestro estaba en una base militar cumpliendo con el Servicio Militar Obligatorio. Hay videos que incluso muestran el momento en que, junto a otros dos chicos, se lo llevan como rehén. Su cara de terror es la descripción más cruel de lo que estaba viviendo. Hoy su familia espera desesperada alguna noticia de Ron, que a su vez es sobrino del músico argentino León Gieco quien difundió un video clamando por su libertad y la del resto de los secuestrados. Con el equipo de C5N entrevistamos a Alex Sherman, su padre.
«Ron, mi hijo, es un soldado de 19 años que hace el servicio obligatorio. Él no es un soldado de combate. ¿Y tiene una enfermedad que es asma. Lo pusieron como para trabajar con los árabes en la entrada a Gaza, porque él le daba los permisos para hacer su comercio, para que entren las mercaderías», cuenta.
Y agrega: «Él es el que hablaba con los comerciantes, con los camioneros, y él daba los permisos. O sea que tenía un contacto diario con el público local. Los ayudaba a mantener una vida normal, a que su economía se desarrolle. Era parte de todo eso, para que la gente esté bien. No era un combatiente. No estaba combatiendo, al contrario. Eso es para que la gente sepa de quién es mi hijo», explica Alex.
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¿Ron es lo que en Argentina llamábamos «colimba», un soldado que cumplía con el SMO. Es decir, no era un militar de carrera?
– No, él tenía una preparación muy básica, porque como era asmático no podía hacer mucho, pero aprendió un poco de árabe, le hicieron un entrenamiento militar muy básico, pero nada más que eso.
¿Y qué fue lo que pasó ese sábado 7 de octubre?
– Ese sábado a la mañana él estaba durmiendo, cuando empezó el bombardeo, y en ese entonces nos llamó. El teléfono nos despertó; estábamos mi mujer y yo, y empezamos en vivo a ver exactamente cómo se desarrolla todo, minuto a minuto. Nos empezó a decir que había muchas explosiones. Él pensaba que eran bombardeos, como siempre, pero era mucho más fuerte esta vez. Hasta que empezó a darse cuenta que había gente que estaba dentro de la Base, y que había tiros. Y empezó a escuchar también gritos, órdenes en árabe. Entonces, en ese momento le dice a la mamá: «acá hay de Hamás; están adentro de la base; no puedo hablar más; te llamo dentro de un segundito». Entonces él empezó a mandarnos WhatsApp. Ahí está todo escrito, es impresionante. Después, en los últimos momentos nos dice que están al lado de la puerta. «Es el final, terminé, es mi fin. Los quiero mucho». Y eso es todo. Y desconectó el teléfono. Así nos quedamos los dos en ese momento. Eran a la mañana las 7 y 12 minutos, lo tengo grabado eso. Y con mi mujer nos quedamos petrificados. No sabíamos qué hacer… encendimos la televisión y no había nada. Así que estábamos seguros que ya no teníamos más a nuestro hijo y no sabíamos qué hacer. Completamente desorientados y en shock. Después de unas horas recibimos por familiares este video que ustedes mostraron, que muestra paso a paso todo lo que hacen los terroristas desde el momento que bajan del coche, cómo ocupan la Base, matan a los otros soldados, desconectan todo lo que sea la electrónica que estaba ahí, y después muestran a mi hijo….
Alex describe ese momento en el que vio la filmación en que los terroristas se llevaban a su hijo como una mezcla de sensaciones porque vio el terror en el rostro de Ron pero también pudo observarlo con vida.
Y así lo cuenta: «De repente lo veo a él, y a otros dos muchachos; a mi hijo se lo ve pálido como nunca lo vi; tenía terror en la cara. Ese no es mi hijo, yo sé lo que estaba sintiendo en esos momentos. Lo maltratan un poco, le empujan y se lo llevan, pero por lo menos sé que estaba vivo en ese momento. Entonces eso fue una información para mí con un valor increíble. Yo dije a mi mujer que por esa información hubiese vendido a mi casa, que me den esa información solamente, que está vivo. De ese momento hasta hoy día, hasta este momento, nadie sabe lo que pasa con él. Pero yo creo que si se llevan vivo a un soldado israelí (mi hijo también tiene nacionalidad argentina, pero eso nadie sabe), por algo es… si no lo mataron en el momento porque no estaba armado, seguro por algo es».
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O sea, ¿para negociar?
– Para negociar, exacto. Tiene mucho valor y creo que eso es lo que me da un poco de esperanza. A eso me aferro. Eso es mucho; es mucho, está vivo. Yo sé que lo van a maltratar, yo sé que le va a pasar muy mal, pero está vivo, creo. Estoy muy angustiado porque también es asmático, y lo veo que ahí no tiene el inhalador, no tiene nada ahí. Y mi hijo si no está en la pieza estéril dos, tres días, necesita el inhalador. Y se pueden imaginar en qué situación está ahí. No tenemos ningún contacto con la Cruz Roja, nadie nos puede decir nada. Pedimos ya que le den la medicación, pero no sabemos en qué situación está.
¿Han tenido algún contacto de parte de las autoridades?
– El primer contacto que tuve fue con el Ejército cuando vinieron a mi casa con el uniforme a informarme lo que pasaba. Ahora, si yo no hubiese visto el video (en el que se ve a Ron secuestrado pero con vida) en ese momento me desmayo. Cuando veo oficiales que vienen a tu casa es solamente por algo, para decirte que algo muy grave pasó. Pero por suerte yo vi ese video que liberó el Hamás y ya sabía que mi hijo estaba capturado, pero vivo. El Ejército no me dijo mucho… nada, nada nuevo. Lo único que me dijo es que está capturado por un grupo terrorista, ni siquiera me dijo si era Hamás o Jihad. El Ejército dice solamente lo que es seguro, y eso era lo que era seguro, así que mucho no me informaron. Aparte tenemos del a un oficial del Ejército que está con nosotros 24 horas por día, 7 días por semana, para todo lo que necesitamos, para darnos informaciones o lo que necesitamos, pero no necesitamos mucho por ahora. Cuando empiece, si va a empezar la negociación, si va a haber alguna novedad, me van a conectar y me van a decir. Pero la sensación es que estamos completamente solos, sin saber nada, y creo que nadie sabe nada.
Ustedes viven a apenas 40 kilómetros de la Franja de Gaza…
– Sí, como se dice en línea aérea son 40 kilómetros. Escuchamos todo lo que pasa ahí.
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Y más allá de lo que están viviendo por su hijo ¿tienen miedo?
– Yo voy al trabajo con bombas que me pasan por la cabeza. A mí eso no me importa mucho, estoy acostumbrado. Estuve en el Ejército también, no es un problema. Yo pienso en mi hijo. Ya las bombas no nos tienen muy preocupados.
Alex es médico veterinario, igual que su mujer. Se instaló para vivir en Israel en el año 1975. Toda su vida está en ese país. Ron es el hijo mayor y tiene dos más, un varón de 17 y una chica de 15 años. La tía de Alex está casada con León Gieco, quien grabó un video conmovedor pidiendo por Ron y el resto de los secuestrados.
«Con León tengo una conexión de WhatsApp muy íntima. Lo conozco desde muy joven. Así que lo quiero mucho como persona. Y me enseña a tocar la guitarra, y me pasa música. Es algo muy íntimo, muy de familia. Espero que no le haga problemas todo eso, porque no quiero meterlo en líos a él, pero es una persona excelente. Y mi tía también está siempre con nosotros», cuenta Alex.
¿Cómo es el día a día ahora? ¿Está pendiente del teléfono?
– Me duele el cuello, porque no dormimos casi. A mi mujer le tengo que pedir por favor que coma, porque ya hace una semana que no lo hace. Dormimos muy poco, estamos todo el día tratando de decir al mundo lo que está pasando. O sea que, como ustedes vinieron, todo el día estamos en todos los idiomas que sabemos. Yo hablé con los turcos y mi mujer habló en inglés con la CNN y con todos los que quieren.. Ya no sé con quién hablé, pero si supiera chino, hubiese hablado en chino también. Yo no digo no. El que quiera hablar conmigo y quiera escuchar mi historia, se la voy a contar, porque Ron es un muchacho bueno, que tiene que venir a mi casa, tiene que volver a casa. Tiene que volver a casa.
¿Cómo lo describen los que lo conocen?
– Como un chico que era la alegría de las reuniones, muy afable, ¿no? No sé si ven su cara en el video. Es grandote, es fuerte, pero es muy cálido, es muy atractivo y es como siempre era él. Sí, él pegaba a la gente alrededor suyo. Y eso también lo entendí de sus oficiales, que vinieron y con los que estuve en contacto después de lo que pasó. Yo les pedí que me digan quién es Ron, cómo ellos los conocen. Y ellos me dijeron qué persona es. Muy querido, muy apreciado, siempre alegre y rodeado de gente. Muy positivo. Tiene una novia nueva con la que ya viajó a Europa y ella también está haciendo todo lo que puede por las redes sociales para traerlo. Es Muy triste lo que está pasando.
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Alex se ilusiona con la posibilidad de que un intercambio de rehenes traiga de nuevo a su hijo a casa: «Ron es una persona importante para hacer un intercambio de rehenes. Porque es soldado. Es soldado. O sea que hay diferencias en el suicidio civil. Me imagino que las cosas serían un poquito más difíciles. Es un soldado, pero es asmático y tiene nacionalidad argentina. Yo digo, a lo mejor eso puede ayudarlo un poco para una prioridad, para que alguien luche por él. A lo mejor eso, para que salga antes, para que no lo dejen en esas condiciones a un hombre enfermo, un joven que padece una enfermedad».
¿Cuál es el sentimiento que describe lo que están viviendo?
– Es angustia; angustia e incertidumbre. Aparte de eso que yo sé que mi hijo necesita el medicamento… es la incertidumbre, la impotencia que siente un padre cuando un hijo está maltratado. Es algo muy animal adentro mío.
Alex recuerda con dolor esos momentos de desesperación ese sábado 7 de octubre en que los terroristas de Hamás rodearon y entraron a la base militar donde su hijo estaba de guardia haciendo el Servicio Militar Obligatorio y en los que Ron les enviaba los mensajes por WhatsApp contándoles minuto a minuto, segundo a segundo, lo que estaba viviendo. Es tan duro ese registro que Alex no quiso volver a verlo.
«Hay dos cosas que no puedo hacer: ni leer eso ni entrar a su pieza. No puedo, no puedo entrar a su pieza. Ni siquiera puedo pasar al lado de la puerta. Creo que voy a tener que con el tiempo acostumbrarme a la situación. Por eso trabajo, por eso sigo trabajando, sigo recibiendo pacientes, trato, no mucho, pero trato de mantener una cierta rutina para no volverme loco. Si no, estoy todo el día con el teléfono contestando la lluvia de preguntas de gente que quiere también mostrar empatía. Es una situación muy ilógica lo que está pasando. De repente una persona tan serena como yo, desconectada demasiado del Facebook y esas cosas, de repente paso a ser tan público y tanta gente sabe de nosotros. Acá en Israel la gente es muy abierta y de repente todos te quieren abrazar. Hay mucha solidaridad acá, mucha, mucha«, se emociona.
Otra cosa que Alex no puede hacer es mirar ese terrible video en el que se ve cómo se llevan aterrorizado a su hijo. «Yo no puedo ver también el video, no lo puedo ver más. Yo no lo puedo ver porque cada vez hay otra cosa, otra cosa que le duele, que le hace. Su cara… Y repetir, repetir, no hace bien. Tampoco puedo ver esas fotos de lo que está pasando ahí. Estamos hablando de un grupo Hamás que van en la misma línea de acción como ISIS, o como los nazis. Tienen la misma ideología: ningún respeto por la vida humana. Hicieron atrocidades como quemar vivos a bebés, mujeres violadas, muertes, matan a gente adulta que estaba en las camas, familias enteras desaparecieron, tiraron granadas en lugares cerrados. Ni siquiera los animales hacen eso».
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Hay versiones de que en las próximas horas el Ejército israelí va a hacer una importante incursión armada sobre gran parte de la Franja de Gaza. ¿Cómo lo ves vos teniendo en cuenta que mantenés la esperanza de que tu hijo esté con vida secuestrado?
– Sabía que el momento iba a llegar. No sabía cómo iba a vivirlo, porque yo sé que él está ahí. No pierdo la fe que Hamás lo va a meter bien bien adentro de la tierra, para esconderlo como ellos están escondidos. Hasta pienso que el último pedazo de pan lo va a recibir mi hijo, porque para ellos vivo es muy importante.
Alex se ilusiona con recuperar su hijo, teniendo en cuenta lo ocurrido con el caso del soldado israelí Guilad Shalit, quien estuvo secuestrado por Hamás durante cinco años (entre 2006 y 2011) y fue intercambiado por 1.026 prisioneros. «Guilad Shalit estuvo cinco años con el Hamás. Eran otras circunstancias, pero lo mantuvieron vivo porque les convino. No puedo dejar de pensar en ese caso, pero ¿cómo voy a pasar sus cinco años así? No se puede saber», dice Alex.
Hay posiciones divididas entre los israelíes sobre la incursión sobre la Franja de Gaza, teniendo en cuenta también el tema de que los rehenes están ahí. Como padre, ¿preferirías que se hagan las cosas de otra manera?
– Sí, claro. Como papá yo quiero que no pase nada ahí, que me den a mi hijo y después que hagan lo que quieran. Pero yo entiendo que no podemos seguir viviendo como país con unos vecinos así. El Hamás como organización tiene que desaparecer. No se puede seguir así. Y yo creo que va a ser bueno también para los locales, para los de Gaza. Van a poder prosperar. La plata que llega ahí para la Franja, no va para escuelas y para medicamentos y hospitales y construir. Va para hacer cohetes, túneles para los grandes millonarios de ellos que están ahí. El pueblo sufre. Ahora Israel pidió que todos los civiles de Gaza vayan más al sur porque van a entrar. Y los mismos Hamás le dicen que es propaganda de Israel y no se muevan de las casas. Para ellos, su gente es como un muro humano. Las personas de Gaza son víctimas también de esas atrocidades desde que nacen. Porque hoy se pueden ver chicos de 8 años vestidos como terroristas matando a israelíes. Ahí empieza. O sea que eso se mama.
Alex Sherman se lamenta porque sabe que las consecuencias de lo que vendrá serán muy graves para los ciudadanos de la Franja de Gaza.
«Lamentablemente los inocentes van a pagar con su vida. En un país como nosotros no queremos que ni un chico muera. Pero son ellos los que los dejan morir. Ellos quieren que sus hijos mueran para mostrar después al mundo, *miren lo que hacen los israelíes*. Nuestro Ejército le pidió a los civiles que salgan de ahí porque va a entrar. Pero no los dejan ir. Los líderes de Hamás los matan si se van.
¿Qué le dirías a tu hijo y qué a sus secuestradores?
– A mi hijo le diría que sea fuerte, que si hay alguien que puede salir vivo de esta situación es él. Tiene todo el carácter y las cualidades para sobrevivir un extremo. Espero que los medicamentos lleguen. Y a sus captores no tengo lo que decir porque no son seres humanos. Deberían cuidar a su gente. ¿Qué es lo que quieren? Ustedes están matando a su gente, están sacrificando a su gente por una ideología. Ellos quieren que no estemos acá. Es una ideología extremista que sostiene que los judíos tienen que volver a Europa y no quieren convivir. A un prisionero de Hamás que había capturado Israel le preguntaron «¿qué van a hacer con las mujeres que se llevan?» «¿Para qué se las llevan?» Y uno dijo «para que la hagamos sucias, para que no estén vírgenes, que estén sucias». Para violarlas. Así piensan.
EL VIDEO DEL TÍO LEÓN
León Gieco, uno de los músicos más comprometidos de la Argentina, es tío del papá de Ron Sherman. Y publicó un video en el que dice: «Soy León Gieco y como músico comprometido desde siempre con la paz y hoy abrumado por la situación extrema en Medio Oriente, por la ceguera y dureza de los políticos y estos actos de terror, donde las víctimas siempre son los pueblos, tanto palestinos como israelíes, siempre los pueblos».
Y continuó: «Pido por una salida pacífica en este conflicto milenario y cruel, pido por el regreso de todos los rehenes a sus lugares y en mi caso particular pido por la vuelta de mi sobrino Ron Sherman, por el amor que nos une como familia y por el amor universal que no debe morir jamás». Luego coronó ese pedido con unas estrofas de ese himno que se llama «Sólo le pido a Dios».
Artículo publicado originalmente en MundoNews.com.ar