Un trágico accidente aéreo en Nueva York dejó seis muertos tras estrellarse un helicóptero Bell 206L LongRanger en el río Hudson, este jueves 10 de marzo. La aeronave, muy utilizada en el rubro del turismo y las emergencias, transportaba a varios pasajeros, entre ellos ciudadanos españoles que realizaban un tour aéreo sobre la ciudad. Este modelo, de un solo motor, ha sido parte del paisaje urbano neoyorquino durante décadas, pero su historial técnico genera dudas en los expertos.
El helicóptero era operado por New York Helicopter Charter, una empresa con recorrido en el mercado turístico, aunque también con antecedentes inquietantes.
La aeronave había sido arrendada por Meridian Helicopters, con sede en Luisiana, y según datos de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), el modelo Bell 206 protagonizó decenas de accidentes fatales en los últimos 25 años. A pesar de ser considerado confiable bajo buenas condiciones de mantenimiento, su desempeño se pone en jaque cuando la exigencia es diaria e intensa.
Las investigaciones aún no determinó qué causó la caída, pero especialistas como Greg Feith, exmiembro de la NTSB, insisten en que el Bell 206L es una máquina “probada y segura” siempre que se le dé el cuidado adecuado.
Sin embargo, la empresa responsable del vuelo ya había sido mencionada en reportes oficiales por incidentes similares. En 2015, uno de sus helicópteros cayó en Nueva Jersey y en 2013, otro perdió potencia y descendió de emergencia sobre el mismo río Hudson, con turistas suecos a bordo.
Las alarmas sobre estos vuelos no apuntan solo a los aparatos, sino al modelo de negocio en sí. Shawn Pruchnicki, experto en aviación y ex piloto comercial, sostuvo que los vuelos turísticos en helicóptero tienen un «historial preocupante», en parte por la alta frecuencia operativa y el desgaste mecánico que eso implica.
La exigencia sobre los pilotos y la flota es intensa, y cualquier descuido puede ser fatal. La clave está en la vigilancia continua, la formación y el mantenimiento riguroso.
Para sumar complejidad, New York Helicopter Charter atraviesa problemas económicos y regulatorios. En 2019 se declaró en bancarrota, y hace pocos meses uno de sus helicópteros fue embargado por falta de pago.