Una explosión en una mina de carbón en la provincia septentrional turca de Bartin causó el viernes la muerte de 41 personas, informó el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan.
En las últimas horas se logró rescatar el cuerpo de una persona que era la única desaparecida tras el accidente. Erdogan, quien se encontraba en la mina, prometió una investigación exhaustiva para establecer la causa de la trágica explosión.
Antes de las declaraciones del presidente, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, había informado que que 58 de las 110 personas que trabajaban en la mina cuando se produjo la explosión fueron rescatadas por los equipos o salieron por su cuenta, pero añadió que había incertidumbre sobre un minero, el que finalmente fue rescatado fallecido.
«Todavía hay un incendio, los mineros y los equipos han hecho grandes sacrificios para no dejar a sus hermanos allí», dijo Soylu en la mina, según reprodujo la agencia Reuters.
El ministro de Energía, Fatih Donmez, informó más tarde que el incendio en la mina estaba en gran parte contenido, pero que continuaban los esfuerzos de aislamiento y enfriamiento del fuego tras el incidente que tuvo lugar a 350 metros bajo tierra.
Soylu dijo que un minero fue dado de alta del hospital mientras que 10 seguían recibiendo tratamiento en Bartin y Estambul.
El siniestro se produjo alrededor de las 15.00 (GMT) en la mina ubicada en Amasra, sobre el Mar Negro, al norte del país.
Algunas versiones indicaban que se produjo por una acumulación de gas grisú.
El grisú es un gas incoloro, inodoro, inflamable y venenoso, más ligero que el aire, que está compuesto principalmente de metano y al mezclarse con el oxígeno es altamente inflamable.
Unos 110 trabajadores estaban al interior de la mina en el momento de la explosión. De ellos, casi la mitad realizaban trabajos a más de 300 metros de profundidad.