Desde que se instaló en Australia y se volcó al mundo del contenido para adultos, la británica Bonnie Blue —nombre artístico de Tia Emma Billinger, de 25 años— se convirtió en una figura que despierta controversia y fascinación a partes iguales. Su carrera, iniciada luego de un divorcio y un pasado como reclutadora laboral en Nottinghamshire, dio un giro radical en 2023 cuando comenzó a subir videos a OnlyFans, impulsando un modelo de exposición extrema que mezcla viralidad, dinero y escándalo.
El momento que catapultó su nombre a los medios de todo el mundo fue su participación en lo que denominó un “récord mundial”: tener sexo con más de 1.000 hombres en 12 horas. Aunque el evento no cuenta con validación oficial, se volvió viral y marcó un antes y un después en su carrera.
Desde entonces, Bonnie asegura facturar un millón de dólares al mes, cifra que, según ella, no para de crecer gracias a su estrategia de marketing basada en el morbo y el espectáculo.
Blue ha protagonizado eventos sexuales masivos en distintos países y temporadas: desde la Semana de las Escuelas en Australia, hasta Spring Break en Cancún y la semana de bienvenida universitaria en Reino Unido. En uno de sus relatos, mencionó haber compartido escenas con grupos de hasta 20 hombres a la vez, muchos con pasamontañas, describiendo la experiencia como un “círculo giratorio”. Pese a las críticas, afirma tener el respaldo de su familia y sostiene que lo suyo es una forma legítima de agradecer “a todos los que la llevaron hasta donde está”.
Su crecimiento también generó tensiones dentro del sector. Bonnie denuncia ser blanco de celos por parte de otras actrices y apunta al esnobismo de quienes miden el éxito por seguidores: “No tengo un millón de followers en Instagram, pero mi cuenta bancaria habla por mí”, disparó. Con casi 300 mil seguidores en Instagram y miles de suscriptores en sus dos cuentas de OnlyFans, defiende su autenticidad frente a lo que considera “números inflados” de otras figuras del rubro.
Más allá del escándalo, Bonnie Blue también busca construir otra imagen: la de una mujer poderosa que quiere reinvertir su fortuna. Declaró su intención de financiar tratamientos de fertilidad para personas que no puedan costearlos, como una forma de devolver algo a la sociedad desde un lugar inesperado. Con todo, su figura sigue siendo ejemplo de cómo la viralidad, el sexo y el dinero se entrelazan en el nuevo ecosistema digital.
