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La guerra de las galaxias: ¿la tensión nuclear entre EEUU y Rusia llegó al espacio?
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La guerra de las galaxias: ¿la tensión nuclear entre EEUU y Rusia llegó al espacio?

Por Gabriel Michi

«En toda guerra, la primera víctima es la verdad», dice una reconocida frase. Y algo de eso es cierto. Incluso cuando esa guerra sea, por el momento, sólo dialéctica. Pero cuando se agitan ciertos peligrosos fantasmas, es lógico que cundan los temores. Y más si esos fantasmas apuntan a armas nucleares.

En ese sentido los Estados Unidos vienen señalando hace tiempo que -según información recogida por sus Servicios de Inteligencia- Rusia está desarrollando un dispositivo nuclear ya no para ser utilizado en la Tierra, sino en el Espacio. Es decir, en el infinito y más allá. Algo que el gigante euroasiático ha negado.

EEUU dejó de compartir con Rusia información sobre sus movimientos de armas nucleares en represalia por la decisión rusa de retirarse del tratado START (Ronald Gutridge/Handout via REUTERS/File Photo)

Sin embargo, en las últimas horas Rusia vetó una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que proponía prohibir el uso de armas nucleares en el Espacio exterior. El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, describió el borrador de la resolución como un “espectáculo sucio” y una “estrategia cínica” preparada por los partidarios de la misma, es decir, EE.UU. y Japón.

Fue el propio presidente estadounidense Joe Biden quien, en febrero pasado, señaló que su país tenía información de que Rusia está desarrollando una capacidad nuclear antisatélite. Más tarde, tres fuentes familiarizadas con la inteligencia le dijeron a CNN que el arma podría destruir satélites al crear una ola de energía masiva cuando se detone. Sin embargo, Rusia salió al cruce de semejantes acusaciones. Vale recordar que hay tratados internacionales que prohiben el uso de armas nucleares fuera de la Tierra.

Este nuevo capítulo del enfrentamiento entre ambas naciones -como si fuera una rémora de la Guerra Fría que por años protagonizaron los EE.UU. y la ex URSS- terminó como era de esperarse. Por un lado, los altos funcionarios estadounidenses señalando que Rusia podría estar ocultando algo si vetaba el texto. Y los rusos finalmente vetándolo pero señalando que eso era porque era parte de un show montado por sus adversarios para dejar mal parado al Kremlin. La resolución había sido redactada por los EE.UU. y Japón y había recibido el apoyo interregional de más de 60 Estados miembros.

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La embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield señaló: “Y por eso el veto de hoy plantea la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué, si ustedes siguen las reglas, no apoyarían una resolución que las reafirme? ¿Qué podrías estar escondiendo? Es desconcertante. Y es una pena”. También condenó la abstención de China y dijo que Beijing “ha demostrado que preferiría defender a Rusia como su socio menor, que salvaguardar el régimen global de no proliferación”. Y concluyó que la votación «marca una oportunidad real perdida para reconstruir la confianza muy necesaria en las obligaciones existentes de control de armas».

Si bien no hay pruebas concretas de que Rusia cuente con esa arma nuclear, el devenir de la guerra con Ucrania ha generado muchas preocupaciones al respecto. En ese plano es que hay expertos que señalan que este tipo de armas podrían acabar con megaconstelaciones de pequeños satélites, como el Starlink de SpaceX, que las fuerzas ucranianas han utilizado con éxito para contrarrestar a las tropas rusas. Aunque hay fuentes estadounidenses que explican que o sería “un arma de último recurso” para Rusia, ya que podría dañar a sus propios satélites.

Pese a esas especulaciones hechas públicas por los Estados Unidos, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo en marzo que Moscú está dispuesto a utilizar armas nucleares si existe una amenaza a la existencia del Estado ruso, pero «nunca ha habido tal necesidad». Y desmintió el potencial uso en el Espacio exterior.. De hecho, Putin expresó que se opone a las armas nucleares en el Espacio, negando rotundamente esas acusaciones.

«Nuestra posición es clara y transparente: siempre hemos estado categóricamente en contra y ahora estamos en contra del despliegue de armas nucleares en el Espacio», dijo Putin a Segei Shoigu, su ministro de Defensa, en una reunión televisada en el Kremlin. Y agregó: «Exhortamos no sólo al cumplimiento de todos los acuerdos que existen en este ámbito, sino que también nos hemos ofrecido muchas veces a fortalecer este trabajo conjunto». Además aclaró que las actividades que desarrolla Rusia en el Espacio no son distintas de las de otros países, incluido Estados Unidos.

Por su parte, Shoigu expresó: «En primer lugar, no existen tales proyectos de armas nucleares en el Espacio. En segundo lugar, Estados Unidos sabe que esto no existe». Ambos acusaron a la Casa Blanca de intentar asustar a los legisladores estadounidenses para que asignen más fondos a Ucrania como parte del plan de Washington para infligir «una derrota estratégica a Rusia».

Sin embargo, EE.UU. insistió con que Rusia está desarrollando un arma nuclear antisatélite basada en el Espacio cuya detonación podría interrumpir todo, desde las comunicaciones militares hasta los servicios de transporte telefónicos. Según esos trascendidos, el sistema implicaría un dispositivo explosivo nuclear colocado en órbita. Es más, el presidente republicano del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos emitió una declaración críptica -el 14 de febrero- advirtiendo sobre una «seria amenaza a la seguridad nacional».

El fantasma de que un dispositivo así se esté desarrollando, agitó las aguas de varios importantes medios. De hecho, más allá de lo comentado por CNN, The New York Times también informó hace unas semanas -sin citar fuentes- que estaba circulando una advertencia de las agencias de espionaje estadounidenses de que Rusia podría estar planeando el lanzamiento de un nuevo satélite militar secreto y que la cuestión clave era si lo utilizaría para poner una verdadera arma nuclear al Espacio.

Además, la agencia Bloomberg también remarcó que Rusia podría desplegar un arma nuclear o una ojiva simulada en el espacio tan pronto como este año. Lo hizo citando fuentes anónimas que dijeron que Estados Unidos cree que Rusia no planea detonar un dispositivo, pero que existía el riesgo de una explosión accidental que inutilizara decenas de satélites. Pese a esos trascendidos, tanto la Casa Blanca como la Oficina del Director de Inteligencia no quisieron hacer declaraciones.

De existir ese armamento, violaría el «Tratado del Espacio Ultraterrestre» que se firmó en 1967 y que prohíbe a los firmantes, incluidos Rusia y Estados Unidos, colocar «en órbita alrededor de la Tierra cualquier objeto que transporte armas nucleares o cualquier otro tipo de armas de destrucción masiva». Pero ahora se plantea este escenario de acusaciones cruzadas, donde la verdad aparece jaqueada. Y donde las preguntas se multiplican. Como los fantasmas. Incluso los de una amenaza nuclear en el Espacio exterior.

Publicado en cooperación con MundoNews

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