El Gobierno de Ucrania informó que en una semana las fuerzas rusas destruyeron más del 30% de las centrales eléctricas del país invadido. Según los países de Occidente, buscan dejar a la población sin electricidad y sin agua de cara al crudo invierno boreal que se avecina.
En efecto, los numerosos misiles rusos impactaron en las instalaciones de generación de energía, dejando víctimas fatales, ya que se encuentran en torno a urbanizaciones densamente pobladas. Y también se registraron ataques contra plantas de agua.
Al respecto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó: «Desde el 10 de octubre, el 30% de las centrales eléctricas de Ucrania han sido destruidas, provocando apagones masivos en todo el país». Y, en ese sentido, sostuvo que Rusia sigue atacando objetivos civiles, lo que constituiría crímenes de guerra.
En diálogo con la televisión local, el jefe adjunto de la oficina del presidente ucraniano, Kyrylo Tymoshenko, aseveró: «La situación es ahora crítica en todo el país. Todo el país tiene que prepararse para los cortes de electricidad, agua y calefacción».
Como consecuencia directa, se produjeron cortes de electricidad en distintas zonas de Kiev (uno de los focos de los últimos ataques, incluso con drones “kamikaze”), en la región de Yitomir y en Dnipró, al sur del país.
Moscú reconoció los ataques, mientras que Zelenski volvió a rechazar cualquier tipo de diálogo con Vladimir Putin, quien tampoco parece estar dispuesto a aceptar condiciones. De hecho, llamó a su par ucraniano como “marioneta de Washington”, en referencia a los US$ 17.500 millones que recibió de EEUU para la defensa.
Hasta el momento no se ha informado sobre el número final de víctimas por estos ataques (hay personas desaparecidas). Sin embargo, sí se sabe que uno hombre murió por el impacto de un misil contra su departamento en Mikoláiv, también al sur; otros dos fallecieron en un ataque a Kiev; y al menos cinco perecieron en el mencionado ataque con un dron.
Rusia sigue negando sistemáticamente que los ataques se produzcan contra población civil durante su “operación militar especial”, que lleva a cabo desde febrero. Por el contrario, explica que sus objetivos son militares, que lo hace con misiles de alta precisión y que la destrucción de instalaciones de energía responden a ese fin,
Mientras tanto, la Unión Europea anunció el inicio de una mayor colaboración con las tropas ucranianas, ofreciendo entrenamiento profesional a unos 15.000 soldados. Esa formación se iniciaría a mediados de noviembre y durará años, aunque resta definir en qué países específicamente se prepararán (Polonia sería uno, y España también se ofreció).
Sobre esto, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, sostuvo: “Se desplegará fuera de las fronteras de Ucrania pero dará un fuerte apoyo al Ejército ucraniano”. De hecho, se definió enviar una ayuda extraordinaria de 500 millones de euros para la compra de armamento, alcanzado ya los 3.000 millones de euros en ayudas directas.