El 8 de enero de 2023 quedó marcado como uno de los momentos más críticos para la democracia brasileña. Ese día, seguidores radicalizados de Jair Bolsonaro irrumpieron violentamente en las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia, generando destrozos e intentando desestabilizar al recién asumido gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Hasta el momento, la Corte Suprema ya condenó a 371 personas, en una causa que aún está lejos de concluir.
Las condenas dictadas abarcan penas que van desde los 3 hasta los 17 años de prisión, principalmente por delitos como golpe de Estado, asociación criminal armada y daños al patrimonio público. De todos los sentenciados, 71 ya están cumpliendo su pena en régimen cerrado.
Paralelamente, más de 500 personas aceptaron acuerdos de no persecución penal que incluyen tareas comunitarias, cursos sobre democracia, suspensión del uso de redes sociales y el pago de multas. Gracias a esos convenios, el Estado logró recaudar casi 1,8 millones de reales (unos 300.000 dólares).
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Los hechos
El 8 de enero 2023Jair Bolsonaro habría coordinado el golpe de eatado con militares de ultra derecha.
Falló: que no todos estaban de acuerdo.
Convocó a sus fanáticos, incluidos evangélicos, a atacar las sedes de gobierno. Lo hicieron. pic.twitter.com/0PK2FaBFaZ
— Erik (@erikdecali) March 26, 2025
En contraste, al menos 61 individuos vinculados a los hechos continúan prófugos, muchos de ellos con órdenes de extradición activas. Se presume que varios escaparon a países vecinos como Argentina, y algunos incluso buscarían llegar a Estados Unidos para evitar a la justicia brasileña. Las autoridades argentinas ya arrestaron a algunos, mientras otros han optado por cambiar nuevamente de país.
La causa, liderada por el juez Alexandre de Moraes, ha generado un volumen sin precedentes: más de 19.900 decisiones judiciales y al menos 15 investigaciones abiertas desde aquel enero. De Moraes, blanco constante de ataques del bolsonarismo, fue tajante al calificar lo ocurrido: “El 8 de enero no fue un domingo en el parque”, expresó, desestimando cualquier intento de relativizar la gravedad de lo sucedido.
Qué pasa con Bolsonaro y por qué se complica su situación judicial
En el corazón de la tormenta se encuentra el propio Jair Bolsonaro, quien fue formalmente acusado de haber instigado la asonada y figura como investigado en el proceso. Pero la situación para el ex presidente va más allá: en noviembre pasado, la Policía Federal lo señaló como parte de una supuesta trama que buscaba dar un golpe de Estado, con ramificaciones dentro de las Fuerzas Armadas y su círculo más cercano.
La hipótesis más estremecedora incluso contempla un plan para asesinar a Lula da Silva y a otras autoridades.
La Corte Suprema de Brasil votó hoy a favor de enviar a juicio al líder de derecha. Junto a los otros siete acusados, entre los que hay militares de alto rango y antiguos ministros de su Gobierno (2019-2022), son acusados por la Fiscalía por “abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio”.