Sin una explicación fehaciente hasta el momento, el joven soldado estadounidense Travis King, de 23 años, cruzó corriendo a toda velocidad esta semana la frontera que divide a Corea del Sur y Corea del Norte, y desde entonces se desconoce su paradero.
Corea del Norte se encuentra en su momento de mayor aislamiento mientras mantiene bajo amenaza a todo oriente con sus pruebas de misiles con capacidad nuclear, potenciado por las fuertes restricciones impuestas tras la llegada del COVID-19.
EEUU y Corea del Sur ensayan un posible desembarco en Corea del Norte
Durante la pandemia, el régimen de Pionyang construyó un muro, reforzó la vigilancia militar en las fronteras e incluso llegó a disparar a personas que intentaron cruzar a pie. Nadie sale y nadie entra, con unas escasas excepciones, como el nuevo embajador de China o algunos pocos diplomáticos aliados.
Pero, existe una pequeña zona desmilitarizada y, por alguna razón que se desconoce, Travis, que realizaba un recorrido por allí, cruzó corriendo el límite y se internó en Corea del Norte, aún sabiendo que su regreso a Corea del Sur podría demorar años. Y mucho más a EEUU.
«Yo apostaría a que este soldado pudiera permanecer en Corea del Norte al menos hasta el final del período de restricción por COVID, que podría ser de otros dos, tres o cuatro años«, explicó Andrei Lankov, director del Korea Risk Group, con sede en Seúl.
Las autoridades, incluyendo al secretario de Estado, John Kirby, no descartaron que el joven haya sentido algún tipo de simpatía por el régimen norcoreano, pero aseguran que es la hipótesis menos probable.
Las más certera podría ser el temor a sanciones disciplinarias al regresar a EEUU, algo que estaba por suceder de manera inminente: según la agencia Reuters, ya había sido multado por haber golpeado a una persona e incluso llegó a permanecer detenido durante un mes y fue trasladado al aeropuerto para ser deportado a Dallas. Pero relatan que al pasar los controles dijo que había perdido el pasaporte y regresó a la terminal.
Por su parte, la vocera del Pentágono, Sabrina Singh, aseguró que tanto la oficina de contrainteligencia del Ejército de Estados Unidos como las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur estaban investigando qué lo motivó a tomar una decisión tan desconcertante. «No sabemos su condición. No sabemos dónde está detenido. No sabemos el estado de su salud«, explicó, y agregó que el estado formal del soldado es «ausente sin permiso».
Nada se sabe sobre Travis. La secretaria del Ejército, Christine Wormuth, especuló: “Tal vez no haya estado pensando con claridad, francamente. Había agredido a un individuo en Corea del Sur y había estado bajo custodia del gobierno de Corea del Sur e iba a regresar a Estados Unidos y enfrentar las consecuencias en el Ejército. Estoy segura de que estaba lidiando con eso».
El Gobierno de EEUU no ha tenido respuesta hasta el momento por parte de Pionyang, pero tampoco las Naciones Unidas, organismo que está actuando como intermediario. El coronel Isaac Taylor, portavoz del Mando de las Naciones Unidas dirigido por Estados Unidos, a cargo de la zona desmilitarizada, aseveró: “Nos hemos comunicado con ellos y sabemos que han recibido nuestros mensajes”.