El temor a una guerra nuclear sigue preocupando al mundo entero. Luego de que el Gobierno de Rusia insistiera en la posibilidad de usar armas nucleares en Ucrania, y en particular en los territorios invadidos y anexionados, Occidente está preparándose en distintos niveles para una posibles escalada en el conflicto.
Una de las consecuencias es que en Finlandia y otros países nórdicos se agotaron las provisiones de tabletas de yodo, que se utilizan para contrarrestar los efectos de la radicación, por el temor al lanzamiento de una bomba atómica por parte de las fuerzas de Vladimir Putin.
Las precauciones de la población no son infundadas. Alemania, que está colaborando con Ucrania en el envío de armamento, pidió tomar en serio las amenazas del presidente ruso y construir un “escudo antiaéreo” en toda Europa. De hecho, en estos días llegará a Kiev el sistema de defensa aérea que le envía Berlín para contener los bombardeos sobre las ciudades ucranianas.
Es en ese marco que la OTAN y el G7 se reunieron para analizar las posibilidades de ampliar la colaboración con Ucrania, siendo que eso podría hacerlos cruzar la llamada “línea roja” y hacer que Rusia los considere parte del conflicto y, por ende, blancos de sus ataques.
En simultáneo, la Asamblea General de la ONU emitió una resolución condenando la anexión de los territorio ucranianos y pidiendo a Rusia retirarse de Ucrania respetando las fronteras validadas internacionalmente.
Pero la OTAN dejó una seria advertencia. El secretario general del bloque militar, Jens Stoltenberg, aseguró que las posibilidades de que los países miembro usen armas nucleares son “extremadamente remotas”, aunque aseguró que lo harán si Rusia hace uso de ellas primero.
«Habría graves consecuencias si Rusia usa armas nucleares, cualquier tipo de arma nuclear contra Ucrania», aseveró, y agregó: “No vamos a entrar en cómo responderemos exactamente, pero esto cambiará fundamentalmente la naturaleza del conflicto. Significa que se ha cruzado una línea muy importante».
En ese aspecto, señaló que el objetivo de la OTAN es disuadir a las naciones, incluyendo a Rusia, de usar armas nucleares, al tiempo que busca preservar la paz y evitar la coacción contra sus aliados.
LA AMENAZA RUSA
El vicesecretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Alexander Venediktov, aseguró en una entrevista con la agencia estatal de noticias TASS que si la OTAN habilita el ingreso de Ucrania al bloque eso significaría nada menos que el inicio de una “Tercera Guerra Mundial”.
«Kiev es muy consciente de que un paso así significaría una escalada garantizada hacia una Tercera Guerra Mundial», aseguró el funcionario, y añadió: “Al parecer, cuentan con eso: crear ruido informativo y llamar la atención una vez más».
Sobre este punto, afirmó que por el hecho de estar ayudando a Ucrania, Occidente ya es “parte directa del conflicto”.
