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La otra semana, por Darío Lopérfido: Francia, entre el neoperonismo de Le Pen y la izquierda antisemita de Mélenchon
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La otra semana, por Darío Lopérfido: Francia, entre el neoperonismo de Le Pen y la izquierda antisemita de Mélenchon

El fin de semana pasado se llevaron a cabo en Francia las elecciones legislativas anticipadas, luego de que el presidente Emmanuel Macron decidiera disolver la Asamblea y convocar a los votantes a las urnas para refrendar su poder o iniciar un proceso de cambio.

La gran ganadora de esa jornada fue la extrema derecha encarnada por Marine Le Pen, lo cual puso en alerta a toda Europa y al mundo entero. Sin embargo, este fin de semana se desarrollará la segunda vuelta y todo dependerá de las alianzas que logren trazarse en el plano político.

Para analizar este histórico momento para Francia y Europa, Newsweek Argentina dialogó con Darío Lopérfido, quien ofreció su siempre aguda mirada sobre este terremoto político, económico y social. Desde su punto de vista, el “populismo” ha calado hondo en todo el sistema de partidos y ha puesto al electorado a decidir entre dos visiones extremas.

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“Es muy interesante seguir lo que está pasando en Francia. Hay que verlo con mucha atención. En Francia acaba de ganar el partido de Le Pen, pero tiene un sistema de doble vuelta, así que hasta dentro de unos días no vamos a saber qué va a pasar y quién va a ser el nuevo primer ministro”, comenzó contando el intelectual argentino, y agregó: “Hay que recordar que en Francia al primer ministro lo elige el Parlamento, y esta primera parte del proceso deja muchas aristas”.

Para el exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, es un error hacer simplificaciones al analizar los extremos. “Hay una desaparición del centro político que representaba Macron: hay, diría yo, un voto más extremo. Es muy interesante de analizar, porque el partido Le Pen siempre representó el voto extremo. Hay que recordar que a ese partido lo fundó el padre de Marine Le Pen en una época posterior a la invasión nazi en Francia”.

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El partido de Le Pen, para Lopérfido, genera recuerdos bien conocidos para la Argentina. “Era un partido completamente fuera del sistema, radicalizado, anti-inmigrante, y ahora pareciera que sigue siendo un partido con el que es difícil estar de acuerdo. Yo diría que se ha convertido como una especie de peronismo. Por ejemplo, es un partido en el que los cargos se heredan: estaba el viejo Le Pen; ahora está su hija, Marine Le Pen; el gran candidato -si ganan- a ser jefe de gabinete es Jordán Bardella, que está de novio con otra Le Pen. Pero, además, ahora ese partido adopta una conducta muy parecida al peronismo, que es la de adaptarse al tiempo que corre: antes eran como anti-judíos; hoy son defensores de los judíos franceses del Estado de Israel. Y también dejan muchas dudas por su relación con Putin y sobre lo que podría pasar si Francia estuviera gobernada por un aliado de Putin. Hablamos fundamentalmente de lo que está pasando en Ucrania”.

¿Y qué hay en el otro extremo? “Del otro lado quedó la izquierda. Para mí es un disparate que cierta izquierda más tradicional del socialismo clásico se haya aliado con un señor que se llama Jean-Luc Mélenchon, que tiene todo lo malo de cierta izquierda, como cierta izquierda del socialismo del siglo XXI”, analizó.

“Mélenchon ha sido un hombre -él y muchos que están cerca de él- lindante con el antisemitismo o una posición anti-judía, pese al malísimo momento que están atravesando los judíos en Francia. Tomó una posición respecto a lo que ocurre en Gaza, que tiene mucho que ver con lo que están haciendo muchas izquierdas en el mundo, que es cargar de culpas a Israel y, en cambio, no atribuirle ni una culpa a los terroristas de Hamás”, consideró el exdirector del Teatro Colón.

Todo esto, sostuvo, pone a los franceses ante una encrucijada: “Es muy curioso, porque si uno tuviera que votar ahora (repito: es una votación de segunda vuelta) ya no se puede elegir a un candidato de centro como en la primera vuelta. ¿Cuál es el que representa lo peor?”.

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Y aseveró: “Mucha gente que dice que hay que votar a Le Pen porque lo peor es Mélenchon. En cierto modo, es una postura comprensible, porque lo que ha pasado en Francia es que ha surgido un brote de antisemitismo, y Mélenchon representa eso. Hay que recordar que la colectividad judía en Francia es muy grande. Mélenchon destrozó toda idea de izquierda moderada en Francia. Es imposible pensar en una izquierda moderada si el que está al frente es un señor que es funcional a Hamás y que defiende todas las porquerías que ha defendido históricamente ese socialismo del siglo XXI. Me refiero al chavismo, el kirchnerismo, Rafael Correa; a ese mundo pertenece Mélenchon”.

Por otra parte, Lopérfido señaló que no se puede aislar esta crisis política de la crisis económica que sufre Francia. “Genera curiosidad también cómo va a evolucionar la situación presupuestaria y económica”, afirmó, y explicó: “Francia es un país muy importante, pero que está atravesando una crisis de deuda y de financiamiento muy grande”.

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Según su mirada, “las dos fuerzas políticas -la de Mélenchon y la de Le Pen- hablan un poco de cosas que tienen que ver con aumentar el gasto, achicar la jornada laboral o volver la jubilación a la edad anterior porque es inviable el sistema”.

“Está a punto de quebrar en Francia el famoso estado de bienestar francés, porque llevó al país a una situación de baja productividad y de endeudamiento muy alto. Y es muy importante que eso se pueda explicar, que se diga cómo se va a solventar”, subrayó.

Tan mala es la situación que, para el intelectual, es probable que el que gane termine este domingo termine perdiendo en el mediano plazo. “El otro día leía un análisis muy interesante que afirmaba que a Le Pen le convendría perder esta elección porque, si gana esta legislativa y tiene que asumir el gobierno, lo que va a pasar es que seguramente se va a desgastar y va a perder la posibilidad de ganar la próxima presidencial. En cambio, si pierde ahora, sigue en la oposición y puede seguir haciendo promesas económicas que Francia no está en condiciones de cumplir. Así podría llegar muy bien a la presidencia”, contó.

Y evaluó: “Es muy complicado lo que está pasando en Francia. Vamos a ver qué pasa este domingo. Hay que mirarlo con mucha más atención, porque Francia no solo un país de Europa; es un país muy importante para el mundo, una potencia global. Y también marca lo que pasa cuando el discurso populista se impone en todos los partidos políticos”.

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De hecho, consideró que “la decisión de Macron de llamar a elecciones fue malísima” porque “simplemente había perdido la elección para parlamentarios europeos”. Como ejemplo, citó el caso de España: “Pedro Sánchez perdió la elección europea y no se le ocurrió llamar a elecciones anticipadas. En Francia esto era impensable hace unos años, pero ahora tiene una mayoría de dirigentes populistas en casi todas las fuerzas políticas. La excepción son los más centristas, pero de alguna manera todos están bajo esa estela del populismo”.

Y concluyó: “Es demasiado grave teniendo en cuenta la importancia política y estratégica que tiene Francia en el mundo y su peso desequilibrante en Europa”.

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