Una pequeña isla enfrenta a EEUU y Canadá. Su nombre es Machias Seal y cuenta con un poco más de siete hectáreas entre el territorio norteamericano y el canadiense.
Se encuentra ubicada en entre la provincia canadiense de Nuevo Brunswick y el estado estadounidense de Maine y es objeto de disputa entre ambos países.
Todo comenzó cuando en la Guerra de 1812, EEUU y el Reino Unido empezaron a reclamar la isla y las aguas que la rodeaban.
¿Por qué tanto interés? Porque la isla Machias Seal estaba situada en medio de una importante ruta marítima, cerca de la isla Grand Manan y por ende, ninguna de las dos naciones quería perderla.
En 1832, el Reino Unido pasó a la acción y construyó un faro en la isla a fin de exigir de manera física que la isla le pertenecía. Desde ese momento, los canadienses viven allí y están quienes actuán como fareros, encargados de vigilar la frontera de Canadá en el Oceáno Atlántico.
Esta isla es uno de los mejores lugares de EEUU para observar aves. Al ser una de las colonias de aves marinas más grandes de la costa este de Norteamérica, y la más diversa, la isla está protegida por los Servicios Canadienses de Vida Silvestre, que limitan el número de turistas.
Por lo tanto, únicamente dos barcos turísticos: uno desde Maine y otro desde Nueva Brunswick, pueden desembarcar cada día en el muelle de la isla, con sólo 15 pasajeros. La temporada de avistamiento de aves, empieza en junio y se extiende hasta la primera semana de agosto.
Otro tema que hace que EEUU y Canadá se peleen por esta isla es la pesca.
El precio de la langosta se triplicó, por lo que los pescadores pueden ganar alrededor de 4 dólares canadienses (unos 3 dólares) por cada libra que capturan al por mayor. Un barco que pesca langosta puede llegar a obtener miles de dólares.
Es por eso, que los locales llaman a las aguas alrededor de Machias Seal la «zona gris», que se transformó en una mina de oro.
En consecuencia, ninguno de los dos países quiere renunciar a sus derechos de pesca en esas aguas, por lo que los pescadores acordaron una tregua no oficial.
Si bien la temporada de langosta canadiense termina oficialmente en junio, en 2002 el gobierno autorizó la pesca durante todo el año en la «zona gris» que tiene 700 kilómetros cuadrados.