La policía de Corea del Sur abrió una investigación contra el presidente Yoon Suk-yeol, a quien acusaron del delito de “traición” por decretar la ley marcial, mientras que la oposición apura su destitución.
El mandatario recibió dos denuncias en su contra: una por el partido opositor Partido de Reconstrucción de Corea; y otra por un grupo conformado por 59 activistas, según informó la agencia Yonhap.
La investigación recayó en el equipo de investigación de seguridad de la Oficina Nacional de Investigación de la Agencia Nacional de Policía de Corea del Sur, que definirá si hubo algún delito al anunciar esta medida.
Además, la fiscalía y la Oficina de Investigación de la Corrupción de Funcionarios de Alto Rango surcoreana también recibieron denuncias en las que se acusa a Yoon Suk-yeol de “traición”, las cuales podrían ser también transferidas a las autoridades policiales.
Además del Presidente, también fueron acusados el exministro de Defensa Kim Yong-hyun, quien renunció tras el escándalo; el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Park An-su, quien emitió un decreto para impedir la actividad política; y el ministro del Interior y Seguridad, Lee Sang-min.
LA OPOSICIÓN APURA LA DESTITUCIÓN DE YOON
Mientras continúan las investigaciones, seis partidos de la oposición oficializaron ante la Asamblea Nacional su proyecto para impulsar la destitución del Presidente.
El Partido Democrático, principal opositor al Gobierno surcoreano, anunció que la intención es que la resolución sea votada el próximo sábado 7 de diciembre a las 19:00 (hora surcoreana).
El pedido de destitución fue fundamentado en que el mandatario violó la Constitución y otras leyes, asegurando que no había motivo para declarar la ley marcial, y que solo lo hizo por su enfrentamiento con la oposición.
Cabe mencionar que para forzar a que Yoon Suk-yeol sea removido de su cargo, el proyecto debe ser aprobado por dos tercios de los 300 del Parlamento surcoreano, lo que hace que sea necesario el apoyo de al menos ocho legisladores del oficialista Partido del Poder del Pueblo.
El líder del espacio oficialista, Han Dong-hoon, advirtió que hará “todo lo posible para asegurar que esta destitución no sea aprobada, a fin de prevenir daños, al pueblo y los partidarios, de un caos no preparado”.
Sin embargo, el dirigente, quien votó a favor de anular la ley marcial, reiteró su llamado al Presidente para que abandone el partido y remarcó que todos los responsables, incluido el mandatario, deberán rendir cuentas.
