Apenas asumió su cargo como primera ministra del Reino Unido, pocos días antes de la muerte de la Reina Isabel II, Liz Truss anunció un potente plan de lucha contra la crisis económica y la inflación, que incluía uno los paquetes de asistencia más grandes de Europa y una serie de recortes impositivos, aún contra la opinión de su propio partido.
Durante las seis semanas que lleva en el cargo intentó defender su plan económico de los embates de propios y ajenos, pero finalmente no pudo resistir y este lunes debió salir a admitir “errores”, cambiar el ministro de Economía y dar marcha atrás con todas sus reformas.
“Quiero aceptar mi responsabilidad y lamento los errores cometidos», aceptó, y confirmó: “Seguiré en mi puesto para cumplir mis compromisos por el interés nacional». Su cargo hoy pende de un hilo, a pesar de que seguirá liderando el Partido Conservador hasta las próximas elecciones, dentro de dos años.
En un mensaje dirigido más a su espacio político que a la población, Truss explicó que su intención fue “ir muy lejos y muy rápido” para “reparar esos errores”. Las decisión de rever el plan se anunció apenas dos horas después de que el nuevo titular de Economía, Jeremy Hunt, se lo anticipara a la Cámara de los Comunes del Parlamento.
«Daremos marcha atrás a casi todas las medidas fiscales anunciadas hace tres semanas», sostuvo Hunt, con Truss sentada a su lado, imagen clara del golpe político que significa
El funcionario señaló allí que este giro de 180 grados busca “calmar a los mercados financieros”. La respuesta inmediata fue favorable, ya que luego de este discurso las acciones cerraron en alza. Y es que el programa de Truss había tornado sumamente volátiles los mercados, con un clima de fuerte nerviosismo señalado por los medios locales.
El nuevo plan de Hunt incluye la reducción de esos recortes, que eran de 45.000 millones de libras y ahora serán de 32.000 millones de libras. Además, se eliminaron los recortes a los impuestos sobre los dividendos y las compras libres de IVA para los turistas internacionales; se estableció el congelamiento de los impuestos sobre el alcohol; y las ayudas a los hogares para hacer frente a las abultadas facturas eléctricas que se esperan sólo serán efectivas por seis meses, es decir, el invierno.
El presupuesto completo, prometió Hunt, se presentará el 31 de octubre.