Este lunes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que el bloque espera cerrar el esperado acuerdo comercial con el Mercosur a finales de 2023, una vez que se destraben las diferencias planteadas por ambas partes.
La Unión Europea y el Mercosur vienen trabajando desde hace años en un acuerdo comercial y estratégico, pero en 2019 quedó paralizado por la mala relación con Jair Bolsonaro, las críticas a su política ambiental y, fundamentalmente por las trabas impuestas por Francia, principal productor de materias primas de Europa.
Lula asegura que el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea se firmaría este año
La reanudación de las negociaciones y un rápido acuerdo fue una de las promesas de campaña de Luiz Inácio Lula Da Silva, y a ello se abocó durante las primera reuniones del bloque y las bilaterales con los países miembro, especialmente Uruguay, que amenazaba con una ruptura para firmar un tratado de libre comercio con China.
Durante el encuentro que Lula mantuvo con Von der Leyen, el mandatario brasileño se mostró crítico respecto a las cláusulas agregadas por la UE respecto a la preservación ambiental en la cuenca del Amazonas. Para Lula, cuyas políticas ambientales fueron elogiadas por Europa, esos artículos son perjudiciales para el Mercosur, porque lo hacen pasible de sanciones.
A fines de abril, el líder brasileño estuvo en Madrid, donde anticipó también que todo estaría listo para ser firmado antes de que finalice 2023. “Brasil y los socios del Mercosur están dialogando para concluir las negociaciones con la Unión Europea y esperamos tener buenas noticias todavía este año. Es un acuerdo muy importante para todos y queremos que sea equilibrado y contribuya a la reindustrialización de Brasil”, había dicho.
En esa ocasión, Lula habló ante empresarios y señaló: “Queremos atraer nuevas oleadas de inversión española. El programa de inversiones en infraestructuras que lanzaré en mayo próximo traerá oportunidades prometedoras. Convertiremos Brasil en una obra en construcción”.
Para ese objetivo, el acuerdo es clave. Pero también lo es la relación con China, en un mundo cada vez más polarizado, en el que crece el poder y la influencia de los países BRICS, entre los que Brasil ha recuperado su rol pujante. De hecho, la expresidenta Dilma Rousseff acaba de asumir el nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS.
De manera paralela, Lula había prometido a Uruguay que el Mercosur también avanzaría en un acuerdo con China, más allá de los convenios particulares que se puedan suscribir. China es el principal socio comercial de Brasil, más allá del bloque regional.
