Chile llevó a cabo este domingo el plebiscito para la nueva Constitución, cuyo resultado significó un golpe para el Gobierno: con casi el 62% de los votos, se impuso el rechazo a la propuesta.
En una elección histórica para el país, el Servicio Electoral de Chile indicó que el 61,8% de los votantes se inclinó por el «No», mientras que sólo el 38,1% se mostró a favor de la reforma de la carta magna, aunque quedó abierta la posibilidad de presentar un nuevo proyecto.
Este resultado marcó un fuerte contraste en la sociedad, ya que hace dos años el 80% de la población había aprobado la redacción de una nueva Constitución, para cambiar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
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— Servicio Electoral (@ServelChile) September 5, 2022
La Convención Constituyente presentó el boceto de la nueva Constitución, que incluía una mirada plurinacional y feminista, reconocía a los pueblos originarios, incluía derechos sociales y tenía un mayor énfasis con la ecología.
“Hoy ha hablado el pueblo de Chile y lo ha hecho de manera fuerte y clara”, expresó el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien destacó la alta participación en las urnas y la valoración de la democracia.
Sin embargo, remarcó que la población “no quedó satisfecha con la propuesta de Constitución que la Convención le presentó a Chile y ha decidido rechazarla de manera clara”.
Tras el no a la nueva carta magna, Boric llamó a todos los partidos políticos y al Congreso para definir un nuevo cronograma para otro proceso constitucional. Además, advirtió que “para hacer frente a estos desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de Gobierno”.
“Esta decisión exige a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, diálogo, respeto y cariño hasta arribar a una respuesta que nos interprete a todos, de confianza y nos una como país”, manifestó.
Por otro lado, el peso chileno sufrió una apreciación del 3,8% en la apertura del mercado cambiario. Para el banco JP Morgan, el resultado electoral tendrá un “impacto positivo” debido a una menor incertidumbre y el “impulso de reforma más gradual y moderado”.