El conflicto en Medio Oriente volvió a escalar este martes, cuando el Gobierno de Israel ordenó una ofensiva a gran escala contra Hamás en la Franja de Gaza. El ataque se produjo después de que el grupo terrorista rechazara todas las propuestas de mediadores internacionales para un alto el fuego.
Según la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, la decisión busca desmantelar la infraestructura militar y política de la organización terrorista, además de asegurar la liberación de los rehenes israelíes que aún permanecen cautivos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) recibieron instrucciones directas de Netanyahu y del ministro de Defensa, Israel Katz, para intensificar los ataques. «A partir de ahora, Israel actuará contra Hamás con una fuerza militar cada vez mayor», anunció el gobierno en un comunicado.
La ofensiva también obligó a Israel a tomar medidas adicionales de seguridad, incluyendo la evacuación de zonas fronterizas y la suspensión de clases en ciudades cercanas a Gaza, debido al riesgo de represalias.
En los últimos días, Israel amplió sus ataques no solo en Gaza, sino también en Líbano y Siria. Según el Ejército israelí, los bombardeos en territorio sirio impactaron en posiciones militares vinculadas al régimen de Bashar al-Assad, que, según Tel Aviv, representaban una amenaza directa para su seguridad.
Mientras tanto, en el sur del Líbano, Israel atacó a dos presuntos integrantes de Hezbollah, a quienes identificó como «operadores de observación». Los enfrentamientos en esa región volvieron a intensificarse, pese a la tregua mediada por Estados Unidos en noviembre.
Uno de los bombardeos más letales en Gaza ocurrió en el campamento de refugiados de Bureij, donde un ataque israelí impactó cerca de una escuela utilizada como refugio para desplazados. Según fuentes médicas del Hospital Mártires de Al-Aqsa, un hombre de 52 años y su sobrino de 16 murieron en el ataque. Israel aseguró que el objetivo eran militantes que colocaban explosivos en la zona, aunque Hamás sostiene que las víctimas eran civiles.
La tensión sigue aumentando con el intercambio de ataques y la falta de avances en las negociaciones. Israel exige que Hamás libere a la mitad de los rehenes restantes antes de acordar una tregua más prolongada, pero el grupo extremista insiste en discutir primero la segunda fase del acuerdo. Actualmente, se estima que Hamás aún retiene a 24 rehenes con vida y los cuerpos de otros 35.
“Las puertas del infierno se abrirán”
En un tono desafiante, el ministro de Defensa, Israel Katz, lanzó una dura advertencia contra Hamás, asegurando que enfrentará «una ofensiva sin precedentes» si no libera a los 59 rehenes que aún mantiene en su poder.
“Las puertas del infierno se abrirán en Gaza”, afirmó Katz, dejando en claro que Israel no detendrá su ofensiva hasta destruir completamente la infraestructura del grupo terrorista. «No detendremos la lucha hasta que todos los rehenes regresen a casa y destruyamos la capacidad militar y política de Hamás», sentenció.