Antes de asumir la presidencia de Brasil el 1° de enero de 2023, Luiz Inácio Lula Da Silva busca dar tres pasos claves en el marco de la internacionalización que planifica para su gestión.
Por un lado, confirmó que antes del cierre del año viajará a Washington para reunirse con el presidente de los EEUU, Joe Biden, quien lo invitó inmediatamente después de haberse confirmado el triunfo en segunda vuelta, el 30 de octubre. El segundo es que quien será su canciller, Mauro Vieira, aseguró que Lula también viajará a China para entrevistarse con Xi Jinping.
Pero antes de todo esto, el presidente electo mantuvo este martes una primera comunicación telefónica con Vladimir Putin, quien lo felicitó por su victoria y le manifestó su deseo de fortalecer los lazos bilaterales políticos y comerciales. Rusia es un socio clave de Brasil, la octava economía del planeta, no solo por ser ambos miembros de los BRICS, sino que además Rusia es un importante proveedor de fertilizantes y pesticidas clave para el agro brasileño.
«Putin me felicitó por mi victoria electoral y me deseó una buena administración y el fortalecimiento de las relaciones entre nuestros países», contó líder del PT en un mensaje de Twitter, y agregó: «Brasil está de vuelta, buscando el diálogo con todos y comprometido con la búsqueda de un mundo sin hambre y con paz».
Por su parte, el Kremlin afirmó que ambos líderes habían expresado confianza en que la «asociación estratégica se desarrollará con éxito, incluida en el marco de los BRICS«.
A principio de año, con Jair Bolsonaro en el poder, Putin había dicho que su país mantenía “buenas relaciones”, y el mandatario brasileño había pedido más tarde poner fin a las sanciones contra Rusia para abordar una salida negociada con Ucrania, política que está siendo ratificada por Lula.
La relación de Lula y Putin es de larga data, ya que habían coincidido en sus primeros mandatos, en la primera década del siglo.
