El presidente de Brasil, Lula da Silva, brindó un discurso en la Cumbre de los BRICS que se celebra en Kazán, Rusia, en donde pidió poner un alto en los conflictos armados en el mundo, entre ellos la guerra en Ucrania.
“Evitar la escalada e iniciar conversaciones de paz también es crucial en el conflicto entre Ucrania y Rusia”, expresó.
El mandatario brasileño no pudo viajar a Kazán por un accidente doméstico que le impidió realizar viajes largos, pero estuvo presente en la cumbre de jefes de Estado vía videoconferencia.
Lula también pidió por la paz en otros conflictos mundiales como lo que ocurre en la Franja de Gaza con la guerra entre Israel y Hamás, algo que afirmó “se está extendiendo ahora a Cisjordania y al Líbano”.
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“En un momento en que enfrentamos dos guerras que tienen el potencial de volverse globales, es esencial restaurar nuestra capacidad de trabajar juntos para lograr objetivos comunes”, enfatizó.
EL IMPACTO DE LOS BRICS
En otra parte de su discurso, Lula da Silva destacó que los países que forman parte del grupo económico “han implementado políticas sociales exitosas en las últimas décadas que pueden servir de ejemplo para el resto del mundo”.
Resaltó que “los BRICS fueron responsables de una parte importante del crecimiento económico mundial en las últimas décadas”, ya que en conjunto reúnen a 3.600 millones de personas, representan el 36% del PBI mundial, disponen del 72% de las tierras raras del planeta, el 75% del manganeso y el 50% del grafito.
Además, consideró que “los BRICS son un actor esencial para abordar el cambio climático”. Si bien aseguró que “no hay duda de que la mayor responsabilidad recae en los países ricos, cuya historia de emisiones culminó en la crisis climática que hoy nos aqueja”, los países emergentes deben “hacer su parte para limitar el aumento de las temperaturas globales a un grado y medio”.
Por otro lado, expresó: “En la presidencia brasileña de los BRICS queremos reafirmar la vocación del bloque en la lucha por un mundo multipolar y por relaciones menos asimétricas entre los países”.
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En esa línea, afirmó que es necesario “fortalecer nuestras capacidades tecnológicas y favorecer la adopción de marcos multilaterales no excluyentes, en los que la voz de los gobiernos prevalezca sobre los intereses privados”.
Además, busca que los países avancen en la creación de “métodos de pago alternativos para las transacciones entre nuestros países”. “No se trata de reemplazar nuestras monedas. Pero necesitamos trabajar para que el orden multipolar que deseamos se refleje en el sistema financiero internacional”, argumentó.
