Hace apenas unas semanas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyden, y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, coincidieron en afirmar que antes de fin de año estará cerrado el postergado y esperado acuerdo comercial entre el Mercosur y Europa.
Sin embargo, todo parece estar frenado hoy por una serie de puntos incluidos por la parte europea a último momento y que prevén sanciones para los países sudamericanos, y especialmente Brasil, en caso de que no cumpla con los acuerdos climáticos establecidos por el Acuerdo de París, de 2015.
La Unión Europea confirma que el acuerdo con el Mercosur se firmará a fin de año
Durante su visita a París, Lula aseguró este viernes que rechazó la firma del tratado porque contiene “una amenaza” para Brasil.
«Estoy disponible para alcanzar un acuerdo (sobre el Mercosur), pero con esta carta adicional de la UE, no es posible. La carta es una amenaza a un socio estratégico (Brasil)», enfatizó.
Las palabras de Lula son posteriores a un gran evento ambiental desarrollado en Francia el jueves, en el que, por el contrario, denunció a Europa como un permanente violador de las normas ambientales, por lo cual “tiene una deuda histórica” con el planeta. Y opinó que son las naciones ricas las que deben hacerse cargo del costo ambiental, que hoy está siendo pagado por las más pobres.
«Quienes contaminaron el planeta en los últimos 200 años fueron los que hicieron la revolución industrial. Por ello, tienen que pagar la deuda histórica que tienen con el planeta Tierra», sostuvo Lula ante una multitud congregada frente a la Torre Eiffel, en el marco del «Power Our Planet».
Se trata de un evento organizado por el grupo de defensa del desarrollo sostenible, Global Citizen, en paralelo a la Cumbre de París. A ese festival asisten personalidades comprometidas con el planeta, como Lenny Kravitz y Billie Eilish, y otros líderes climáticos.
Luiz Inácio Lula Da Silva (Lewis Joly/Pool vía REUTERS)
La deforestación en la Amazonía fue en 2019 el motivo (o excusa) que Europa esgrimió para frenar un acuerdo que estaba avanzando rápidamente. La liberación de las zonas de desmonte impulsada por Jair Bolsonaro fue denunciada por muchas naciones y puso al mandatario en el ojo de la tormenta internacional. Poner un freno a esa situación fue una de las mayores promesas de campaña de Lula.
En ese marco, el actual mandatario brasileño presentó esta semana un plan integral para eliminar la deforestación ilegal antes de 2030, lo cual es celebrado por la comunidad internacional. Sin embargo, la UE establece en esa carta una serie de sanciones en caso de incumplimiento. Esas reglas de juego no solo perjudicarían a Brasil, sino también a los demás socios del Mercosur, que podrían ver encarecidos sus productos frente a los europeos, por los costos de esas posibles sanciones.
(Con información de Reuters)
