La prisión de Sednaya en Siria volvió a ser el escenario de descubrimientos macabros. Al menos 15 cuerpos con señales de tortura fueron hallados en esta instalación conocida por su brutalidad. Además, se encontraron 40 cuerpos más en la morgue de un hospital en Damasco, lo que incrementa las sospechas sobre las condiciones en las que fallecieron estas personas.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que muchos de los cadáveres mostraban signos claros de abuso físico.
La organización señaló que estos hallazgos reflejan la sistemática violencia que se ha aplicado en los centros de detención controlados por el régimen. Sednaya es conocida como un lugar de represión extrema, utilizado para silenciar a opositores y castigar a quienes desafían al poder.
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Entre los cuerpos, algunos tenían marcas que sugieren el uso de instrumentos de tortura, mientras que otros presentaban heridas que indican maltratos prolongados. Las familias de las víctimas, muchas de las cuales han buscado respuestas durante años, enfrentan un nuevo golpe emocional al confirmarse estas tragedias.
(Abdulaziz KETAZ / AFP)
(Abdulaziz KETAZ / AFP)
Estos descubrimientos son un nuevo recordatorio de la urgencia de la justicia internacional para abordar los crímenes cometidos durante el conflicto en Siria. Organizaciones de derechos humanos exigen investigaciones transparentes y que los responsables sean llevados ante tribunales internacionales para enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Mientras tanto, las autoridades sirias guardan silencio sobre estas revelaciones, lo que aumenta la presión internacional para obtener respuestas. La comunidad global continúa debatiendo cómo responder ante estos hechos, en un contexto donde las violaciones a los derechos humanos siguen siendo una constante.