El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, debatieron el martes sobre la posible cooperación en materia de vacunas con el presidente ruso, Vladimir Putin, en una videoconferencia conjunta, según informaron la oficina de Macron y el Kremlin.
El Kremlin dijo en un comunicado que el trío había tratado la perspectiva de registrar en toda la UE la principal vacuna rusa Sputnik V, así como las posibles entregas y la producción conjunta de la vacuna dentro de la UE.
El organismo regulador de la Unión Europea, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), aún no ha dado su autorización a la vacuna Sputnik V pero la está revisando, y algunos Estados miembros de la UE la han aprobado o están evaluando la posibilidad de aprobarla a nivel nacional.
El uso de la vacuna rusa ha dividido al bloque de 27 países: algunos, como Thierry Breton, comisario de Mercado Interior de la UE, dicen que no se necesita la Sputnik V, y otros, como Charles Michel, quien preside las cumbres de la UE, acusan a Moscú de utilizar las vacunas con fines propagandísticos, algo que Rusia desmiente.
No obstante, entre bastidores el bloque está mostrando cada vez más interés por la Sputnik V, según han declarado a Reuters fuentes diplomáticas y oficiales de la UE.
Macron y Merkel también han dicho a Putin que respete los derechos del opositor político encarcelado Alexei Navalny y que procure preservar su salud, según señaló la presidencia francesa en su comunicado.
El Kremlin dijo que Putin había explicado lo que llamó las «circunstancias objetivas» del caso de Navalny, que fue encarcelado el mes pasado para cumplir una sentencia de dos años y medio por cargos que este último considera políticamente motivados. Desde entonces, Navalny ha alegado que no está recibiendo un tratamiento médico adecuado.
Los tres dirigentes hablaron también de la situación en Ucrania, Bielorrusia, Libia y Siria y acordaron coordinar esfuerzos para que Irán vuelva a cumplir plenamente sus obligaciones internacionales, según el comunicado francés.
Putin aprovechó la llamada para acusar a Ucrania de provocar una confrontación armada con los separatistas prorrusos y de no cumplir acuerdos anteriores sobre la región del este, devastada por la guerra, según el Kremlin.
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