Bajo la creciente presión de Estados Unidos, el régimen de Nicolás Maduro anunció un incremento en los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos detenidos en territorio estadounidense. Este miércoles, el dictador ordenó intensificar las gestiones diplomáticas para facilitar el regreso de sus ciudadanos, en un intento por responder a las advertencias de Washington.
Como parte de esta iniciativa, un primer grupo de 306 venezolanos llegará este jueves a su país en un vuelo procedente de México. “He ordenado incrementar todas las acciones diplomáticas para traernos a todos los venezolanos y venezolanas de los Estados Unidos. (…) Vamos a regresar todos los migrantes”, afirmó Maduro.
La medida se produce en un contexto de fuertes tensiones con el gobierno estadounidense, que ha acusado al régimen chavista de obstaculizar los procesos de repatriación. En respuesta, el Departamento de Estado amenazó con sanciones «nuevas, severas y progresivas» si Venezuela se niega a aceptar a más migrantes deportados. Además, la Casa Blanca vinculó a estos ciudadanos con la organización criminal Tren de Aragua, asegurando que el chavismo ha facilitado su expansión internacional. Esta disputa escaló tras el envío de más de 200 venezolanos a El Salvador, una maniobra que Caracas calificó de “vulgar secuestro”.
Desde Venezuela, Maduro rechazó el traslado de sus compatriotas a El Salvador, acusando a Estados Unidos de violar sus derechos humanos. En un discurso televisado, calificó la medida de “humillación” y denunció que los migrantes fueron “secuestrados y enviados a un campo de concentración”.
También instó al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, a no convertirse en «cómplice» de esta situación. “No es justo, no es humano, no es digno”, declaró el líder chavista, quien además exigió explicaciones sobre la base legal de la detención de los venezolanos en suelo salvadoreño.
En paralelo, Maduro intentó desacreditar las acusaciones sobre la presencia del Tren de Aragua en Venezuela. “Ese grupo es historia, ya no existe en nuestro país”, afirmó. Sin embargo, reconoció que en el pasado sí operó, aunque responsabilizó a exmandatarios de la región, como el colombiano Iván Duque y el chileno Sebastián Piñera, de haber permitido la salida de criminales hacia sus territorios. «¿Quién se llevó a algunos delincuentes? Duque y Piñera los recibieron y les dieron refugio», acusó el dictador, intentando desviar la responsabilidad de la crisis migratoria y la expansión de la organización criminal.
