En el marco del nuevo proceso de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla todavía movilizada en Colombia, el presidente Gustavo Petro le pidió a su par venezolano, Nicolás Maduro, que actúe como mediador y garante de las negociaciones y acuerdos.
Y Maduro, recordando que Venezuela, junto a Noruega y Cuba, ya había ejercido ese rol en 2016, aunque no se lograron avances con el ELN (sí se firmó en La Habana la desmovilización de las FARC), aceptó la propuesta “por la paz de todo el continente”.
En un acto en Valencia, el propio líder venezolano lo contó así: “Recibimos una carta proponiendo que Venezuela acepte el carácter de garante de las negociaciones y de los acuerdos de paz del Gobierno con la guerrilla del ELN, y yo le dije a Petro y a Colombia que una vez más, como lo hizo Chávez en su tiempo para garantizar los acuerdos de paz que luego se firmaron, una vez más decimos que Venezuela acepta; pondremos nuestra mejor voluntad en nombre de Dios padre todo poderoso por la paz total de Colombia”.
Asimismo, prometió llevar a la mesa de diálogo “la voz de todo el pueblo de Venezuela y de los 6.200.000 colombianos que viven en Venezuela” y sentenció: “Venezuela apuesta por la paz, por la seguridad, por la estabilidad de Colombia; la paz de Colombia es la paz de Venezuela, de Sudamérica, de todo el continente; empeñaremos todo nuestro esfuerzo, todo nuestro trabajo”.
La búsqueda de un acuerdo de paz es una de las mayores promesas de Petro en su campaña, y varias de sus primeras medidas apuntaron hacia ese objetivo. Por ejemplo, se suspendieron todos los riegos de campos ilegales con glifosato desde aviones militares y se propuso evitar extradiciones a EEUU a aquellos grupos narcos que aceptaran negociar el fin de sus actividades con el Gobierno colombiano. Además, hace algunas semanas presentó en el Congreso el plan “Paz Total”, en busca de un amplio consenso para las negociaciones.
¿Qué pide el ELN? El jefe de sus negociadores, Pablo Beltrán, pidió primero que nada un cese simultáneo de todas las hostilidades y la aplicación inmediata y en paralelo de todo lo que se acuerde. “Queremos hechos y no sólo palabras», aseveró, refiriéndose a la necesidad de poner en marcha un convenio superador del que alcanzaron las FARC en 2016 que, además del desarme, incluyó una amnistía y la creación de un partido político con bancas en el Congreso. “La FARC entregó las armas y comenzaron a matarlos”, advirtió el vocero.
