Con informes de nuevos ataques aéreos israelíes en Gaza durante la noche del miércoles 13 de octubre, la Agencia de Asistencia a los Refugiados Palestinos de la ONU (Unrwa), advierte hay más niños muertos en los últimos cinco meses en la zona que en cuatro años de conflicto en todo el mundo.
El organismo advierte de una “guerra contra los niños”, y reiteran los llamamientos por un alto el fuego inmediato, a su vez, busca aliviar la crisis, incluida la asistencia alimentaria y hospitalaria.
El comisario general de Unrwa, Philippe Lazzarini, afirmó que el conflicto es una “guerra contra los niños” y su futuro. Describió como “asombrosos” los datos más recientes de la autoridad sanitaria de Gaza, indicando que hay al menos 12.300 niños muertos en el enclave en los últimos cinco meses, en comparación con 12.193 en todo el mundo entre 2019 y 2022.
En su red social, el jefe de Unrwa reiteró los llamamientos internacionales por un alto el fuego inmediato en la zona. Hasta la fecha, más de 31.000 palestinos han muerto y al menos 72.000 han sido heridos, según las autoridades sanitarias locales.
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Este martes, el ejército israelí afirmó que 247 soldados israelíes murieron en Gaza y 1.475 resultaron heridos desde el inicio de la operación terrestre. Los trabajadores humanitarios de la ONU siguen advirtiendo sobre la situación en la Franja de Gaza, donde una de cada cuatro personas está en riesgo de hambre, o al menos 576.000 personas.
Alrededor de 25 personas han muerto de desnutrición aguda grave y deshidratación en el norte, según la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), 21 de las cuales son niños.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, advirtió que los jóvenes están entre los menos capaces de lidiar con el hambre y las enfermedades. Corresponden a 1 millón de los desplazados por la guerra. Además, alrededor de 17.000 niños se ubican en “no acompañados” o “separados”, lo que equivale a 1 por ciento de los 1,7 millones de habitantes desplazados de Gaza.
UN RAMADÁN DE SANGRE Y MISERIA
Por ahora, un primer buque con víveres zarpó este martes de Chipre para dirigirse por un corredor humanitario establecido por la Unión Europea hacia la Franja de Gaza.
El mundo musulmán entró el lunes en el mes del ayuno sagrado del Ramadán, sinónimo de copiosas comidas en familia cuando se pone el sol, pero este año los palestinos de Gaza no están para festejos.
“Este Ramadán no tiene gusto de Ramadán. Tiene más bien gusto de sangre, de miseria, de separación y de opresión”, afirmó en Rafah, en el sur de la Franja, la palestina desplazada por la guerra Um Mohammed Abu Matar.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español
