El alto comisionado para las Naciones Unidas de los derechos humanos acusó al grupo rebelde M23 de matar a niños en su avanzada en la República Democrática del Congo (RDC). El domingo pasado, esta agrupación armada, con el apoyo de miles de soldados ruandeses, entró al centro de Bukavu, capital de Kivu del Sur, según informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Volker Turk afirmó que el alto comisionado «confirmó casos de ejecuciones sumarias de niños por parte del M23 después de que ingresaron a la ciudad de Bukavu la semana pasada».
Y agregó: «También tenemos conocimiento de que los niños estaban en posesión de armas«.
En esa línea, la portavoz de derechos humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, hizo hincapié en que «la situación en el este de la República Democrática del Congo (RDC)
se está deteriorando drásticamente, lo que ha dado lugar a graves violaciones y abusos de los derechos humanos, como ejecuciones sumarias».
En este marco de violencia y horror, 70 cadáveres fueron decapitados y encontrados en una iglesia protestante ubicada en la localidad de Kasanga, provincia de Kivu del Norte (RDC).
Por su parte, Unicef publicó un video en redes sociales en el que se refirió a la situación en el Congo y habló de los «horroríficos reportes de violencia sexual, incluido el secuestro de niños en niveles que no se veía hace décadas».
Luego remarcó que «las mujeres y los niños deben sufrir los bombardeos y tiroteos» y que «hay miles de niños vulnerables en campamentos desplazados», los cuales «fueron obligados miles de veces a huir para escapar de esta lucha».
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La Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) recalcó que «miles de personas huyen a Burundi mientras la violencia se intensifica en el este de la República Democrática del Congo» por lo que «se necesita ayuda urgente».
En ese sentido, precisó que «en los últimos días, entre 10.000 y 15.000 personas cruzaron a Burundi, escapando de una situación en deterioro en Kivu del Sur, República Democrática del Congo».
Y agregó que «muchos otros cruzaron por rutas no oficiales, incluido el río Rusizi, donde se informó de trágicos ahogamientos«.
Luego hizo hincapié en que en «las condiciones en la frontera son terribles».
Y detalló que «hay una grave falta de vivienda, agua y saneamiento».
«En un lugar, 10.400 personas están varadas en escuelas y en un estadio local en el lado de la República Democrática del Congo, esperando ser reubicadas en un lugar seguro», añadió.
«La reciente violencia en el este de la República Democrática del Congo obligó a huir a más de 150.000 personas», aseveró.
Y sumó que «al menos 85.000 personas se están refugiando ahora en sitios espontáneos dentro de la República Democrática del Congo, donde el agua, el refugio y los servicios médicos son escasos».
«Mientras tanto, algunas familias desplazadas están tratando de regresar a sus zonas de origen, donde 80 personas por día realizan el viaje dentro de Kivu del Sur en la República Democrática del Congo«, indicó y señaló: «Pero la seguridad, los servicios y la estabilidad siguen siendo inciertos».
Ante este panorama, recordó que «Burundi ya acoge a 91.000 refugiados, en su mayoría procedentes de la República Democrática del Congo, muchos de ellos en el país desde hace décadas» y advirtió: «La nueva afluencia añade presión a una respuesta humanitaria ya de por sí sobrecargada».