Las largas filas y las estrictas medidas sanitarias por el coronavirus configuran la jornada histórica de hoy en Chile, donde los ciudadanos eligen en plebiscito si quieren cambiar o no la actual Constitución, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90), así como el mecanismo para elaborar la nueva carta magna.
Sin datos oficiales del porcentaje de votantes, la afluencia observada en todo el país y las estimaciones de los medios de comunicación, llevaron a analistas a suponer que se superará el 50% de participación de las últimas elecciones presidenciales, con un sistema de voto no obligatorio.
El Servicio Electoral (Servel) estableció un protocolo sanitario para evitar la diseminación del coronavirus (con más de 500.000 casos confirmados y casi 14.000 muertes en el país) durante el plebiscito, como el uso obligatorio de barbijos, alcohol en gel, distanciamiento social y cupos dentro de los centros de votación, lo que provocó largas filas en los alrededores.
Debido a los retrasos que podría provocar la aplicación de las medidas sanitarias, el Gobierno estableció que la votación se extenderá hasta las 20 (habitualmente se vota hasta las 18), para evitar las aglomeraciones.
En el Estadio Nacional, uno de los centros de votación más grande del país, miles de personas hacían filas para ejercer su derecho a voto.
“Este es un día histórico, estoy votando en lo que fue un centro de detención y tortura de la dictadura, y hoy puede ser el día en que por fin terminemos con el legado político de Pinochet”, dijo Roberto, de 60 años.
Una mujer de mediana edad afirmó ante esta agencia, emocionada: “No importan las horas haciendo fila, hace 30 años que espero este momento”.
Durante la mañana se destacó la gran presencia de jóvenes votando, como Pedro, que con 25 años lo hacía por primera vez en el Estadio Nacional. «Lo hago porque siento que este voto puede hacer un gran cambio en el país, antes era elegir entre más de lo mismo”, sostuvo.
Entre las autoridades de mesa había celebridades, como el comediante e imitador Stefan Kramer y el futbolista Esteban Paredes, presidente y vocal de mesa, respectivamente, en distintos colegios.
En relación con elecciones anteriores, contrastaba la poca presencia de niños que solían acompañar a sus padres a votar y hoy, en cambio, evitaron salir a las calles debido a las recomendaciones del Ministerio de Salud.
También por efecto de la pandemia, el Servel dispuso un horario preferencial para que votaran personas mayores de 60 años, entre las 14 y las 17, y en ese lapso se notó una considerable disminución de las filas.
La jornada, según se pudo constatar en recorrido por centros de votación en Santiago, transcurría con tranquilidad y orden en los centros de votación, donde hasta poco después de esa hora no se habían reportado incidentes y se habían acatado las normas sanitarias implementadas por la pandemia del coronavirus.
En este plebiscito debutaron los “facilitadores del Servel”, personas que están en los centros de votación con la tarea de supervisar el cumplimiento de las normas sanitarias, ordenar las filas y aplicar alcohol en aerosol a todos los asistentes.
En total son más de 15.000 “facilitadores” que están a lo largo del país, quienes recibirán una compensación económica de 70.000 pesos chilenos (cerca de 100 dólares), y se los distingue porque todos llevan una pechera negra con el logo del Servel, una credencial y alcohol en gel para todos los votantes.
El presidente Sebastián Piñera votó a las 8.30 en un colegio de Las Condes, en Santiago, y afirmó luego en conferencia de prensa que «la inmensa mayoría» de los chilenos quiere «cambiar, perfeccionar», la Constitución, y pidió a los ciudadanos que acudieran a votar, «porque todas las voces importan».