El Gobierno ruso lanzó un ataque masivo contra instalaciones energéticas de Ucrania, utilizando decenas de misiles y drones con el objetivo de debilitar aún más una infraestructura clave.
El presidente Volodymyr Zelensky confirmó que más de 40 misiles y 70 drones fueron disparados durante la noche, afectando sitios estratégicos como instalaciones de gas.
El ataque ocurrió apenas un día después de que Ucrania lanzara un ataque aéreo significativo contra fábricas militares rusas y centros energéticos en áreas alejadas del frente de batalla.
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En el oeste del país, se confirmó que instalaciones esenciales en Prykarpattia fueron atacadas, aunque no se reportaron víctimas. En Lviv, cercana a la frontera con Polonia, dos instalaciones críticas en los distritos de Drogobych y Stryi sufrieron daños significativos. Maksym Kozytsky, gobernador de Lviv, informó que, a pesar del impacto, no hubo pérdidas humanas.
En otras regiones, como Donetsk y Kherson, la situación se complicó aún más. Infraestructuras vitales fueron alcanzadas, dejando a parte de la población sin electricidad.
En la ciudad de Kryvyi Rig, Chernigiv y Mykolaiv, las alertas aéreas advirtieron sobre la llegada de misiles de crucero, lo que obligó a muchos ciudadanos a buscar refugio en estaciones de metro y lugares seguros.
Mientras tanto, el Kremlin prometió responder a los ataques recientes de Ucrania, acusándola de utilizar misiles suministrados por Estados Unidos y el Reino Unido.
Moscú justificó su ofensiva afirmando que los ataques se dirigieron contra instalaciones que apoyan al ejército ucraniano. Por su parte, Zelensky denunció que los bombardeos buscan paralizar al país en pleno invierno, atacando directamente la infraestructura energética necesaria para la población.
