La canciller alemana Angela Merkel comenzó a recorrer hoy las zonas devastadas por las inundaciones, que dejaron al menos 183 muertos en su país y Bélgica y decenas de desaparecidos, además de daños considerables.
Merkel llegó poco antes de las 13 horas a la localidad de Schuld, en el estado de Renania-Palatinado, uno de los dos más golpeados en el oeste de Alemania, donde la crecida del río Ahr arrasó casas y dejó las calles llenas de escombros.
El balance del desastre da hasta el momento 156 personas muertas en Alemania, y otras 27 en Bélgica.
Las lluvias extremas también golpearon a Suiza, Luxemburgo y Holanda.
El papa Francisco manifestó este domingo su «solidaridad» con las poblaciones afectadas.
Las aguas comenzaron a bajar en Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia (RNW), y la preocupación se volcó a la región sureña de Alta Bavaria, donde las fuertes lluvias inundaron sótanos y provocaron crecidas de ríos y quebradas la noche del sábado.
En Austria, trabajadores de emergencia en las regiones de Salzburgo y Tirol se mantenían en alerta.
La localidad histórica de Hallein, cerca de la frontera con Alemania, se encontraba hoy cubierta de agua.
Merkel calificó las inundaciones como una «tragedia» y prometió apoyo del gobierno para los municipios alemanes afectados, según consignó la agencia de noticias AFP.
El gobierno alemán dijo que pretende crear un fondo especial para atender los daños, cuyo costo podría alcanzar miles de millones de dólares.
Más de 300 personas seguían desaparecidas el sábado por la noche solamente en el cantón que rodea a la ciudad de Bonn (Renania del Norte-Westfalia), donde viven cerca de 600.000 habitantes.
Las dimensiones del impacto de la inundación se fueron aclarando gradualmente en Alemania, al evaluar los daños en edificios, algunos de los cuales serán demolidos, y avanzar los esfuerzos por restablecer los servicios de gas, electricidad y teléfono.
En algunas zonas, los soldados usaron vehículos blindados para despejar los escombros de las calles.
En RNW se usaron buceadores para buscar casas y vehículos sumergidos.
Rover Lewentz, ministro del Interior de Renania-Palatinado, dijo que más de 670 personas resultaron heridas en ese estado.
Al otro lado de la frontera, en Bélgica, la cifra de muertos subió a 27 con varias personas aún desaparecidas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro Alexander de Croo, visitaron el sábado las áreas inundadas de Rochefort y Pepinster, en Bélgica.
«Europa está con ustedes», tuiteó Von der Leyen tras la visita. «Los acompañamos en su dolor y estaremos con ustedes en la reconstrucción».
El desastre tuvo fuertes matices políticos en Alemania, que celebra elecciones generales el 26 de setiembre, marcando el fin de los 16 años de Merkel en el poder.
Expertos dicen que el calentamiento global hace que los eventos climáticos extremos se vuelven más frecuentes, y los candidatos que buscan suceder a Merkel llaman a tomar más acciones climáticas.
Armin Laschet, jefe de gobierno del golpeado estado de Renania del Norte-Westfalia y favorito en la contienda de canciller, pidió acelerar la lucha contra el cambio climático.
Pero Laschet, líder del partido de Merkel que encabeza las encuestas, fue grabado el sábado mientras se reía en la devastada localidad de Erftstadt.
En las imágenes, Laschet se vio conversando y riendo en el fondo mientras el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, expresaba su dolor a las familias afectadas.
«Laschet ríe mientras el país llora» publicó el diario Bild.
El dirigente luego se disculpó en Twitter por el momento «inapropiado».