A menos de un kilómetro de Gaza, tarimas de alimentos, combustible, agua y medicinas están entre los centenares de toneladas de ayuda humanitaria vital empaquetadas en un largo convoy de camiones estacionado en el lado egipcio del paso fronterizo de Rafah, mientras los conductores esperan la luz verde de Israel para poder llegar a los 2.3 millones de palestinos asediados y atrapados en el fuego cruzado de la guerra. Todo ello en medio de un escenario de combates donde las bolsas para cadáveres comienzan a escasear.
Israel anunció el miércoles que autorizará el envío de “comida, agua y medicinas” desde Egipto a la Franja de Gaza, que el Estado hebreo bloqueó en respuesta al letal ataque lanzado el 7 de octubre desde el enclave palestino por el movimiento islamista Hamas.
“Ante el pedido del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, Israel no frustrará el envío de ayuda humanitaria vía Egipto”, indicó el gabinete del primer ministro, Benjamin Netanyahu, agregando que la autorización valdrá “en la medida en que el aprovisionamiento no llegue a Hamas”.
Poco después del estallido de violencia del 7 de octubre, Israel cerró todas las fronteras con Gaza y, desde entonces, la ONU no ha podido resurtir sus reservas de ayuda vital.
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A medida que se reducen los suministros en el enclave con el telón de fondo de los bombardeos diarios, las agencias de la ONU, los socios y las naciones se han apresurado a enviar ayuda. A su vez, la organización asegura que “no hay suficientes bolsas de cadáveres para los muertos”.
En el convoy hay cientos de toneladas de productos de primera necesidad, desde alimentos listos para el consumo hasta guantes de látex para cirugías de urgencia.
“Las vitales donaciones se descargaron y transfirieron a camiones con destino a la frontera. Al convoy se sumó la contribución de Egipto, con 100 camiones que transportaban 1,000 toneladas de ayuda”, indicó la ONU. También hay carpas, mantas y una serie de medicinas suministradas por organismos de las Naciones Unidas.
Cerca del convoy de ayuda, los medios de comunicación observaron filas de ambulancias y personal sanitario de urgencias esperando para atender a los heridos de Gaza.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) envió un avión cargado de suministros médicos para reponer sus reservas previamente posicionadas en Gaza, que han disminuido a niveles peligrosamente bajos. En los últimos días, la agencia sanitaria de la ONU envió dos cargamentos desde su centro logístico de Dubái.
Uno de ellos aterrizó en la ciudad de Beirut en el Líbano, con medicamentos y suministros quirúrgicos y traumatológicos para atender a entre 800 y 1,000 heridos, atendiendo las crecientes necesidades a medida que los enfrentamientos a lo largo de la frontera con Israel empeoran. A esto le siguió la entrega del fin de semana con 78 metros cúbicos de ayuda de emergencia en el aeropuerto de El Arish, suministros suficientes para ayudar a más de 300,000 palestinos.
Para asegurar el acceso a través de la zona fronteriza de Rafah, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se reunió la semana pasada con el presidente egipcio, Abdel Fattah El Sisi, quien accedió a su petición.
FALTAN MÉDICOS
“Cada hora que estos suministros permanecen en el lado egipcio de la frontera, morirán más niñas y niños, mujeres y hombres, especialmente las personas vulnerables o discapacitados, morirán”, indicó la ONU.
El envío, listo para su entrega, contiene productos sanitarios básicos junto con suministros de emergencia. Entre ellos hay suficientes medicamentos traumatológicos y suministros sanitarios para tratar a 1,200 heridos y a 1,500 pacientes que padecen cardiopatías, hipertensión, diabetes y problemas respiratorios, así como “bolsas” de traumatología preparadas para tratar a 235 heridos.
De acuerdo con el Servicio Aéreo Humanitario de la ONU (UNHAS), a primera hora de la mañana del lunes pasado, un avión fletado por el Programa Mundial aterrizó en el aeropuerto de El Arish y entregó 22 toneladas de ayuda humanitaria, incluidas 15 toneladas de galletas fortificadas y dos unidades móviles de almacenamiento para hacer frente a la escasez en Gaza.
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Según la agencia de la ONU para los refugiados de Palestina (UNRWA), que opera en Gaza y Cisjordania, por quinto día consecutivo, el enclave no tuvo electricidad y los residentes tienen “acceso gravemente limitado al agua potable”.
El combustible es “absolutamente crítico” para la planta desalinizadora y las estaciones de bombeo de agua, según UNRWA. Las entregas de combustible también están a la espera de recargar la rápida reducción de suministros que se han utilizado para alimentar generadores de emergencia, incluidos los que usan los hospitales, en toda Gaza.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español
