El primer ministro Boris Johnson anunció este lunes en Inglaterra que a partir del 19 de julio, la población debe usar su propio criterio para mitigar el riesgo de infecciones por covid-19, lo que anula las regulaciones sobre el uso de cubrebocas, el distanciamiento social, las reuniones y el trabajo en el hogar y anuncia un regreso a la normalidad.
Johnson dijo: “Debemos ser honestos con nosotros mismos en que si no podemos reabrir nuestra sociedad en las próximas semanas, cuando nos ayudará la llegada del verano y las vacaciones escolares, debemos preguntarnos, ¿Cuándo lo haremos? ¿Cuándo seremos capaces de volver a la normalidad?” No habrá ningún requisito para usar cubrebocas en ningún entorno en Inglaterra y las empresas que opten por hacer cumplir el uso de estos deberán recibir asesoramiento legal sobre sus responsabilidades en virtud de la Ley de Igualdad, dijo.
Explicó que a las personas simplemente se les aconsejará que consideren usar cubrebocas en espacios abarrotados donde se mezclan con personas que normalmente no conocerían.
De acuerdo con The Guardian, el cambio ha provocado una reacción violenta significativa de los alcaldes regionales, que han pedido que se mantenga su uso en el transporte y la venta minorista. El primer ministro también anunció que las aperturas de bares volverán y se eliminarán todos los requisitos de distanciamiento social para el ocio.
“Se pueden realizar eventos deportivos y de entretenimiento a plena capacidad, incluidos conciertos, clubes nocturnos y deportes de élite”, informó el mismo medio. Las únicas regulaciones que permanecerán serán el requisito de aislarse si se da positivo a covid-19, así como algunas restricciones restantes sobre viajes internacionales. El caso contrario es Noruega que aplazó totalmente su reapertura derivado del brote de la variante Delta y ha informado que se pospone hasta “fines de julio o principios de agosto” el levantamiento casi total de sus restricciones sanitarias para prevenir una eventual cuarta ola de la pandemia de covid-19. “La evolución sigue siendo positiva”, dijo en rueda de prensa la primera ministra Erna Solberg, que pidió esperar hasta ver “cómo la variante Delta afecta a la situación”.
“El riesgo de una reapertura demasiado rápida es, entre otros, que la variante Delta pueda generar una cuarta ola en parte de la población que no está vacunada, en los grupos que solo recibieron una dosis y en los vulnerables”, explicó. Aunque Noruega tiene la epidemia bajo control e inició el 18 de junio la tercera y penúltima fase de su desescalada, estaba por recuperar una casi normalidad de forma inminente.
Pero el gobierno decidió esperar ante la propagación de la variante Delta, más contagiosa, que, según Solberg, podría convertirse en la dominante “en algunas semanas”, informó AFP. La misma agencia informó que alrededor del 65 por ciento de la población adulta del país nórdico, que cuenta con 5,4 millones de habitantes, recibió al menos una primera dosis de las vacunas Pfizer/BioNTech o Moderna.
Publicado en cooperación con Newsweek/ Published in collaboration with Newsweek