La dictadura en Nicaragua liderada por Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa consolidando su poder: ambos controlarán la Corte Suprema de Justicia y además, Murillo, quien ya es co-presidenta y vicepresidenta, estará al frente de las Fuerzas Armadas.
Ortega y Murillo cuentan ahora con la facultad para nombrar al presidente del máximo tribunal por un período de seis años.
También al vicepresidente y a los integrantes del Consejo Nacional de Administración y Carrera Judicial.
Además, la cantidad de jueces se achicará de 16 a 10.
Ambos cuentan con esta facultad a raíz de la aprobación de la Ley Orgánica del Sistema Judicial de la República de Nicaragua la cual deja sin efecto la Ley Orgánica del Poder Judicial y subordina el Poder Judicial a la Presidencia, que está bajo el mando de Ortega y Murillo.
Esta nueva normativa fue aprobada en forma unánime y expedita por el Legislativo, que cuenta con mayoría oficialista, en una sesión en Managua.
¿Cómo serán los nombramientos? El Poder Ejecutivo designará al presidente y vicepresidente de la Corte Suprema, los cuales serán juramentados por la Asamblea Nacional. Además nombrará al Consejo Nacional de Administración y Carrera Judicial.
Los jueces, que pasarán a ser 10 en vez de 16, serán elegidos por un período de seis años por la Asamblea Nacional, a partir de iniciativas presentadas por la Presidencia y/o por los diputados.
Otro cambio es que en lo que respecta a los procesos penales, se podrá limitar el acceso de los medios de comunicación y del público, ya sea, por criterio de la autoridad judicial o por pedido de alguna de las partes.
ROSARIO MURILLO, JEFA DE LAS FUERZAS ARMADAS
Rosario Murillo es la nueva jefa de las Fuerzas Armadas. Este nuevo cargo, que se suma al de co-presidenta y vicepresidenta, fue aprobado por la Asamble Nacional, la cual está controlada por el régimen.
«El Ejército de Nicaragua está bajo el mando de la Presidencia de la República como Jefatura Suprema», indica la normativa.
Además del nombramiento de Murillo, se establece que el Ejército deberá colaborar con la Policía Nacional, que también es manejada por la dictadura, en lo que respecta a la represión con la excusa de luchar contra el narcotráfico.
Indica que El Ejército tendrá que «coadyuvar con la Policía Nacional en la lucha contra el narcotráfico, crimen organizado y sus actividades conexas».
Otro punto es que los nuevos integrantes del Ejército deberán prestar juramento no solo a la bandera azul y blanca de Nicaragua, sino también a la bandera rojinegra del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido político de Ortega.