Los operadores de soja y azúcar están disputándose un espacio en el mayor puerto de Latinoamérica, apresurándose por asegurar lotes de carga, luego de que la cosecha de soja más lenta en 10 años en Brasil postergó el lapso para la exportaciones de granos hasta hacerla coincidir con la temporada del azúcar.
La congestión se está desarrollando en el puerto de Santos mientras consumidores de todo el mundo acuden a Brasil por suministros de soja y azúcar. El embotellamiento de los embarques a la espera de zarpar está haciendo saltar los costos del transporte y posiblemente demorará los arribos a los destinos.
Los precios del azúcar marcaron un máximo de cuatro años el mes pasado, impulsados por suministros más ajustados. Los precios de la soja, cerca de sus mayores niveles en siete años, podrían aumentar más porque Brasil es efectivamente el principal abastecedor del mundo.
«Es la tormenta perfecta, una combinación de factores que está llevando a la soja y al azúcar a competir por la logística», dijo Tiago Medeiros, director ejecutivo en Brasil de Czarnikow Group, un operador de alimentos y proveedor de servicios de transporte de suministros.
Brasil usualmente comienza las exportaciones de soja en enero y los volúmenes se incrementan en los meses posteriores. Esta temporada, la siembra se vio retrasada, al igual que la cosecha, lo que postergó los lapsos correspondientes al azúcar. Los envíos de la nueva producción de azúcar comienzan en abril, pero las compañías aún están enviando los suministros de la abundante cosecha del 2020.
El Ministerio de Agricultura estima inventarios de azúcar en 7,3 millones de toneladas a mediados de febrero, el mayor volumen en los últimos tres años. Los operadores en el mercado esperan graves demoras para los próximos meses, dado que es posible que las embarcaciones tengan que esperar varias semanas antes de poder atracar en Santos.
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