En 2013, más de 700.000 documentos secretos del Gobierno de los EEUU se filtraron a través de portales de internet en un caso mundialmente conocido como WikiLeaks. Esos documentos, videos y cables diplomáticos sacudieron los cimientos de las relaciones internacionales de los EEUU e incluso cambiaron el curso de la guerra en Afganistán y el accionar en todo Medio Oriente, luego de difundirse las pruebas de crímenes de guerra.
Una década después, una nueva filtración pone en jaque a la Casa Blanca, al Pentágono y a la CIA. Miles de documentos militares y de inteligencia con información sensible salieron a la luz en las últimas semanas, esta vez en el marco de la guerra en Ucrania y la crisis política en Israel.
Diversos portales, como Discord y 4Chan, difundieron materiales calificados como “secretos”, “confidenciales” o “no aptos para se otorgados a extranjeros” (“NOFORN”, es su nombre en inglés) que van desde detalles sobre las fuerzas defensivas de Ucrania hasta las pruebas de que la inteligencia de EEUU estaba espiando al Mossad, el servicio secreto de Israel.
Michael Mulroy, exfuncionario de alto rango del Pentágono, le dijo a Reuters que estos documentos están relacionados a cuestiones como Ucrania, China, Oriente Medio y África, y aseguró que la hipótesis más probable es que se trata de una filtración interna, realizada por un estadounidense, aunque no descartó que pueda haber existido algún tipi de ayuda o instigación por parte de Rusia. «La atención se centra ahora en que se trata de una filtración estadounidense, ya que muchos de los documentos sólo estaban en manos de Estados Unidos», explicó.
Julian Assange, protagonista de los WikiLeaks, en 2013
Aunque los primeros documentos aparecieron en algunos portales hace un mes, recién el viernes pasado un medio confiable dio cuenta de ellos tras haber chequeado parte de la información: el New York Times. Esta demora se debe a que la autenticidad de ellos no había podido ser verificada rápidamente porque, de hecho, algunos parecen haber sido adulterados, como ocurre en el caso de la cantidad de bajas rusas en Ucrania.
De acuerdo a Reuters, dos fuentes del Gobierno estadounidense aseveraron que no se descarta que, justamente, han sido manipulados para difundir información falsa. Por caso, uno de los documentos sostiene que el stock ucraniano de misiles del sistema de defensa S-300 se acabaría el 2 de mayo, si se mantenía el actual ritmo de uso. Como se entiende, se trata de información muy sensible que podría favorecer las operaciones rusas.
Respecto al caso de Israel, un documento de la CIA del 1° de marzo, calificado como “Máximo Secreto”, afirma que el Mossad estaba alentando las manifestaciones en contra de la reforma judicial de Benjamín Netanyahu, quien está buscando mayores controles sobre los jueces y sobre la propia Corte Suprema.
Pero más allá de ese hecho puntual, esto prueba que EEUU estaba espiando a uno de sus principales aliados. Pese a ello, Netanyahu emitió un mensaje a través de su despacho en el que calificó a esta filtración como «mentirosa y sin fundamento alguno».
En tanto, otros documentos revelan las internas entre altos funcionarios surcoreanos respecto al pedido de EEUU de suministrar armas a Ucrania. Seúl admitió tener conocimiento de esas filtraciones, pero negó haber rechazado el pedido de EEUU, sino que aclaró que se encuentra en estudio.
Los dos funcionarios citados por Reuters bajo reserva de identidad aseguraron que esos documentos no son recientes, sino que muestran “una instantánea de hace más de un mes”, y que se estaba investigando cómo es el actual circuito de la información de inteligencia para determinar cuáles son las grietas por las que se vienen filtrando.
En cuanto a las responsabilidades, el Pentágono evalúa cuáles podrían haber sido las motivaciones para realizar una revelación de documentos de ese calibre, con el riesgo para la seguridad que implican. Las cinco hipótesis que se manejan van desde un empleado descontento hasta una amenaza interna contra la seguridad nacional.
RUSIA SE DESPEGA
Ante las sospechas volcadas ante la prensa, el Kremlin afirmó este lunes que siempre se culpa a Rusia por todo, tal como lo hizo un ex alto cargo de la CIA, quien afirmó que Moscú podría estar detrás de las filtraciones.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov (REUTERS/Sputnik/Sergey Bobylev)
Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, le respondió a un periodista: “No puedo hacer ningún comentario al respecto. Usted y yo sabemos que existe una tendencia a culpar siempre de todo a Rusia. Es, en general, una enfermedad.»
Finalmente, respecto a la posibilidad de que EEUU haya estado espiando también al presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, el funcionario aseguró que se trata de filtraciones «bastante interesantes». “El hecho de que Estados Unidos haya estado espiando a varios jefes de Estado, especialmente en capitales europeas, desde hace mucho tiempo, ha surgido repetidamente, provocando varias situaciones escandalosas», concluyó.
(Con información de Reuters)
