En plena vigencia de una propuesta de tregua impulsada por Estados Unidos, Rusia volvió a golpear a Ucrania con un bombardeo masivo de drones que dejó importantes daños en varias regiones del país.
La ofensiva, ocurrida durante la noche del lunes, incluyó 117 drones Shahed lanzados hacia el territorio ucraniano. Para el presidente Volodimir Zelenski, esta nueva escalada no deja lugar a dudas: “Es una señal clara de que Moscú no busca una paz real”, denunció.
El ataque afectó directamente a zonas como Dnipro, Sumy, Cherkasy, Kryvyi Rih y Okhtyrka, con impactos sobre empresas, viviendas, comercios y servicios básicos. Según informaron autoridades locales, en algunas áreas los drones destruyeron infraestructura civil crítica, mientras que las defensas ucranianas lograron interceptar una buena parte de los proyectiles. A pesar de ello, los daños materiales y las víctimas civiles siguen sumándose.
Zelenski fue contundente en su mensaje: “117 pruebas en nuestros cielos de cómo Rusia continúa prolongando esta guerra”, escribió en su cuenta de X, mientras exigía una respuesta internacional más firme. El líder ucraniano insistió en que este tipo de ataques no pueden quedar sin consecuencias: “Debe haber más presión, más sanciones por parte de Estados Unidos”, pidió, mientras las autoridades trabajan para asistir a los damnificados.
En paralelo, Washington anunció avances diplomáticos con acuerdos separados entre Rusia y Ucrania para reducir tensiones en el mar Negro. Los compromisos incluyen una tregua de 30 días sobre instalaciones energéticas clave como oleoductos, refinerías y centrales eléctricas. Sin embargo, el Kremlin advirtió que no cumplirá con lo pactado a menos que Occidente levante sanciones sobre su sector agrícola y financiero.
Según Moscú, el acuerdo –negociado en Riad entre el 23 y 25 de marzo– también contempla la protección de centrales nucleares y represas, zonas especialmente sensibles en este conflicto. Aún así, el tono del Kremlin fue desafiante: sin acceso al sistema SWIFT, sin repuestos agrícolas ni servicios portuarios liberados para sus barcos mercantes, no habrá cumplimiento posible, advirtieron desde la presidencia rusa. El escenario, una vez más, parece alejarse de la paz.