El martes por la noche, el presidente de Perú, Pedro Castillo, despidió a su ministro del Interior, Mariano González, quien llevaba apenas dos semanas en su cargo.
González, el séptimo ministro en esa cartera durante un poco más de un año de Gobierno, había asumido el 4 de julio e inmediatamente había formado una comisión para investigar un escándalo de corrupción en torno a la obra pública que salpica a un exministro, a un exasesor del Palacio de Gobierno y al propio sobrino de Castillo. Incluso la fiscalía investiga al mandatario, pero desde que se hizo público el caso ha negado las acusaciones.
Fue separado de su cargo por Twitter, y ahora denuncia que su desplazamiento busca frenar la investigación. “El obstaculizar a los equipos de inteligencia es una clara obstrucción también a la justicia. Para mí eso es evidente y descalifica para que Castillo pueda ser el mandatario del país», aseguró González a la radio local RPP.
De acuerdo al relato del ahora exfuncionario, Castillo le había pedido explicaciones por crear ese equipo especial de la Policía y había cuestionado la decisión. No volvieron a hablar, porque el presidente anunció su salida por dicha red social. «El equipo especial venía trabajando y estaba muy cerca de tener logros en los próximos días», contó y lamentó que los investigados continúen prófugos.
En nombre del Gobierno del pueblo, agradezco los servicios prestados a la Nación del señor Mariano González Fernández como ministro del Interior. Hoy a las 9:30 p. m. tomaré juramento al nuevo titular de este sector.#SiempreConElPueblo
— Pedro Castillo Terrones (@PedroCastilloTe) July 20, 2022
Tras las consultas de los medios, desde el Palacio de Gobierno se negaron a hablar sobre el tema. Pero el ministro de Defensa, José Luis Gavidia, aseguró que González fue separado porque no atendió el mayor problema del país: la seguridad ciudadana.
Castillo logró resistir dos intentos de destitución, pero ahora podría afrontar un tercero. La Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, citó a González «para tomar su declaración por los hechos relatados que configurarían presuntos actos delictivos». Sorprendentemente, también los hizo por Twitter. Y la oposición recogió el guante.
Sin el apoyo del partido que lo llevó a la presidencia, la posición del presidente en el Congreso es todavía más endeble que en marzo, cuando enfrentó su segundo juicio político. Además, también se investiga a su vicepresidenta, Dina Boluarte. Sin embargo, a los opositores todavía no les alcanzarían los votos: se requieren unos 87 sobre los 130 escaños.
En agosto el Congreso retoma sus sesiones ordinarias y allí podría presentarse el pedido de vacancia. Antes que esto, en julio, el Legislativo deberá renovar autoridades, un procedimiento clave en busca de los votos a favor y en contra.